REFUGIADOS Y
MIGRANTES

El derramamiento de sangre y las atrocidades cometidas en diferentes partes del mundo contribuyen considerablemente a alimentar y mantener una crisis de refugiados global, y provocan que millones de mujeres, hombres, niñas y niños huyan de sus hogares en intentos agotadores, arriesgados y a menudo mortales de alcanzar la seguridad en su propio país o en otros lugares. Por otro lado, cabe destacar que migrar no es un delito. Amnistía Internacional lleva décadas trabajando con personas migrantes y contribuye a proteger de la explotación y los abusos a quienes se encuentran en situaciones más vulnerables.