Tropas de la ONU implicadas en violación de niña y homicidios indiscriminados deben ser investigadas – Amnistía Internacional Argentina | Defendemos los derechos humanos

Tropas de la ONU implicadas en violación de niña y homicidios indiscriminados deben ser investigadas


El cuerpo de Souleimane Hadji, de 16 años, muerto el 3 de agosto de 2015, es sacado del hospital por su familia.


La violación de una niña de 12 años y el homicidio aparentemente indiscriminado de un joven de 16 años y de su padre a manos de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en la República Centroafricana deben ser investigados con urgencia, y los implicados en los crímenes deben ser suspendidos inmediatamente, ha declarado Amnistía Internacional.

Los incidentes se produjeron el 2 y el 3 de agosto, cuando las fuerzas de paz de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) realizaban una operación en el enclave musulmán de PK5 de la capital, Bangui.

“Nuestros datos indican claramente que un soldado de la ONU violó a una niña y que las fuerzas de paz de la ONU mataron indiscriminadamente a dos civiles", manifestó AI.

“Debe abrirse con urgencia una investigación civil independiente y los implicados deben ser suspendidos inmediatamente y mientras dure la investigación.”

Nuestra organización entrevistó a 15 testigos inmediatamente después de ambos incidentes, así como a la niña y a su familia. Una enfermera que examinó a la niña halló indicios médicos compatibles con una agresión sexual.

La niña se había escondido en un cuarto de baño durante el registro de la vivienda, hacia las 2 de la mañana del 2 de agosto. Un hombre que llevaba un casco azul y un chaleco de las fuerzas de paz de la ONU presuntamente la sacó y la violó detrás de un camión.

"Cuando lloré, me abofeteó con fuerza y me tapó la boca con la mano", contó la niña a Amnistía Internacional.

Un portavoz de la MINUSCA dijo a Amnistía Internacional que la operación había sido llevada a cabo por policías y gendarmes ruandeses y cameruneses pertenecientes a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU. Durante los enfrentamientos armados con residentes del enclave, a primera hora de la mañana del 2 de agosto, un soldado camerunés perdió la vida y otros nueve soldados resultaron heridos.

Al día siguiente, las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU regresaron a PK5. Los testigos contaron a Amnistía Internacional que los soldados de las fuerzas de paz no estaban bajo ninguna amenaza, pese a lo cual empezaron a disparar indiscriminadamente en la calle donde se habían producido las muertes.

Balla Hadji, de 61 años, y su hijo Souleimane Hadji, de 16, fueron alcanzados por las balas delante de su casa. Al parecer, Balla recibió los disparos en la espalda, mientras que Souleimane los recibió en el pecho. Un vecino que presenció las muertes contó a Amnistía Internacional que "iban a disparar a todo lo que se moviera."

Sin responder al fondo de las preguntas de Amnistía Internacional sobre la operación en PK5, un portavoz de la MINUSCA dijo que se había abierto una investigación interna sobre la operación.

En los últimos meses se ha criticado a la ONU por no responder adecuadamente a las denuncias de abusos sexuales de menores cometidos por las fuerzas militares internacionales en la República Centroafricana. El secretario general de la organización, Ban Ki-moon, ha creado recientemente un Grupo de Revisión Independiente Externo para examinar la tramitación por la ONU de estas denuncias de explotación y abusos sexuales, y formular recomendaciones sobre cómo debería responder la ONU a acusaciones similares en el futuro. La ONU y todos los países que aportan contingentes deben cumplir estrictamente su política de "tolerancia cero" sobre la explotación y los abusos sexuales.

"Estas acusaciones de violación y homicidios indiscriminados cometidos por tropas de la ONU cuentan con el respaldo de indicios físicos y de testimonios de múltiples testigos. Debe haber una investigación inmediata y exhaustiva a cargo de una autoridad civil competente, y la niña debe recibir pleno apoyo, incluida atención médica y psicológica", afirma AI.

“Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en Bangui deben revisar sus reglas de intervención para garantizar que adoptan todas las precauciones factibles para evitar la pérdida de vidas de civiles."

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

Violación de una niña de 12 años el 2 de agosto

Poco después de la 1 de la mañana del 2 de agosto comenzó una operación policial de la ONU destinada a detener a un presunto delincuente que vive en el enclave PK5 de Bangui. En la zona residen más de 10.000 musulmanes, aunque también viven allí muchos cristianos.

Durante el registro de una vivienda realizado en el curso de la operación, se llevaron aparte a los varones de la familia y agruparon a las mujeres y niños en una habitación. Los soldados de la ONU gritaban, los niños lloraban y la escena era bastante caótica. Las mujeres no se dieron cuenta en ese momento de que faltaba una niña de 12 años.

La niña contó a Amnistía Internacional que cuando empezó el registro se escondió en un cuarto de baño por miedo y que un soldado de la ONU la había encontrado allí. Dijo que el soldado la sacó a rastras de la habitación y la abofeteó cuando empezó a llorar.

Luego se la llevó afuera, a un rincón alejado del patio, detrás de un camión, y le tocó los pechos y le rompió la ropa. La niña enseñó más tarde a Amnistía Internacional su ropa interior desgarrada.

Contó a Amnistía Internacional: “Me tiró al suelo y se tumbó encima de mí."

Mientras la estaba violando, sonaron disparos en el exterior y el soldado huyó del edificio para reincorporarse al grupo de tropas de paz.

Los familiares que estaban en la casa durante la operación de registro contaron a Amnistía Internacional que la niña estuvo separada del resto de la familia alrededor de 20-30 minutos. Una de sus hermanas recordó: "Cuando regresó de la parte de atrás del patio, gritó: 'mamá' y se desmayó. La llevamos dentro de la casa y le echamos un poco de agua para reanimarla."

La madre de la niña contó a Amnistía Internacional que después del incidente su hija lloraba y se la veía muy afectada. “Hice que se sentara en una olla de agua caliente", explicó la madre —un método tradicional para tratar los abusos sexuales—.

Luego la examinó una enfermera bajo la supervisión de un médico, y encontró indicios médicos compatibles con una agresión sexual.

Homicidio de dos civiles desarmados el 3 de agosto

Tras los enfrentamientos armados con residentes del 2 de agosto, las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU regresaron a PK5 a la mañana siguiente. Un grupo de jóvenes había levantado varias barricadas en la avenida principal para tratar de impedir que las tropas de la ONU se movieran por la zona, e intercambiaron disparos con los soldados en esa avenida, a unos bloques de la glorieta principal.

Sin embargo, según los testigos, no había disparos ni otras amenazas para los soldados de la fuerza de paz en la calle donde se produjeron los homicidios, en el barrio de Yambassa. Los soldados se habían dividido en dos filas de a uno y avanzaban a ambos lados de la calle, disparando a menudo mientras caminaban.

Un mecánico que trabajaba a un bloque de la calle donde se produjeron los homicidios contó que esa mañana las tropas de la MINUSCA dispararon dos veces contra él y otro mecánico. "Una de las balas incluso rompió la ventanilla del coche en el que estaba trabajando", dijo. Cuando él y su colega levantaron las manos, relató a Amnistía Internacional, los soldados dejaron de disparar y les dejaron ponerse a cubierto.

Balla Hadji, conductor de camión de 61 años, estaba desayunando con su esposa cuando llegaron las tropas; su hija había salido a visitar a una vecina. Al oír los disparos y darse cuenta de que su hija estaba fuera, Balla salió de la vivienda familiar para decirle que volviera. “Justo en ese momento", contó la vecina, "llegaron las tropas a la esquina de nuestra calle. Dispararon a Hadji en la espalda cuando se daba la vuelta para volver a entrar en su casa."

Souleimane, hijo de 16 años de Balla Hadji, estaba dentro del edificio en ese momento y corrió hacia su padre, que estaba cayendo al suelo. También dispararon contra él.

Amnistía Internacional visitó posteriormente el edificio y vio dos claros agujeros de bala en la puerta de hojalata y en la pared del edificio.

La familia contó a Amnistía Internacional que las tropas de paz de la ONU no les ayudaron a llevar a los dos heridos al hospital. En lugar de prestar asistencia, dijeron los testigos, los soldados dispararon otra vez cuando la hija trató de cruzar la calle para llegar a sus familiares heridos.

Balla Hadji perdió mucha sangre muy deprisa y murió en el mismo lugar. Los vecinos lograron transportar a Souleimane al hospital para que lo atendieran de urgencia, pero el joven murió alrededor de las 3:30 de la tarde del mismo día.

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