En Argentina, en 2024 se registró un femicidio cada 30 horas. Es decir, 252 mujeres fueron asesinadas por razón de su género, según datos del Observatorio de femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación. En los primeros meses de 2025, se registra un femicidio cada 26 horas, según datos de la sociedad civil. Sin embargo, pese a la gravedad de estas cifras, el gobierno nacional desmanteló programas y políticas públicas vinculadas a la prevención de estos delitos. Además, sus funcionarios realizan declaraciones que niegan la violencia de género o bien proponen eliminar la figura legal de femicidio.
La mayoría de este tipo de asesinatos son perpetrados por personas cercanas a las víctimas: 73% de los femicidios fueron cometidos por parejas, exparejas o familiares directos. En la Ciudad de Buenos Aires, el 75% de los casos ocurrieron en contextos de violencia de género intrafamiliar o de pareja. Aunque estadísticamente mayoritarios, los femicidios en el ámbito intrafamiliar no agotan los contextos en que se producen los homicidios de mujeres por motivos de género: 1 de cada 5 femicidios se produce en contextos no íntimos, conforme datos de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) de 2024.
"En este contexto crítico, resulta inaceptable que el gobierno proponga eliminar la figura de femicidio. Nombrar los asesinatos de mujeres por razones de género es una medida urgente y necesaria ante las alarmantes cifras de violencia en nuestro país. Se trata del eslabón final de una cadena de agresiones estructurales, sostenidas por la impunidad y la falta de respuestas estatales eficaces. Mantener esta figura no solo visibiliza una problemática específica, sino que también es clave para exigir justicia y diseñar políticas públicas preventivas", expresó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
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A nivel global, la situación es igualmente alarmante. En 2023, 85.000 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionalmente, de las cuales 51.000 (60%) murieron a manos de su pareja o de un familiar. En otras palabras, cada día 140 mujeres y niñas son asesinadas en su propio hogar, lo que equivale a una mujer cada 10 minutos.
Las cifras dejan en evidencia una realidad innegable: el hogar sigue siendo el lugar más peligroso para mujeres y niñas. Mientras que el 60,2% de las mujeres son asesinadas por sus parejas o familiares, en el caso de los varones esta cifra es del 11,8%, ya que la mayoría de los homicidios masculinos ocurren en el espacio público.
A pesar de los esfuerzos globales por erradicar la violencia de género, los femicidios siguen en niveles alarmantemente altos. Muchos de estos crímenes son evitables con políticas de prevención efectivas, protección adecuada para las víctimas, acceso a la justicia y sanciones para los agresores. Por eso, el Estado tiene la obligación de adoptar estas medidas de manera urgente atendiendo a la especificidad de la problemática, para garantizar que mujeres y niñas puedan vivir libres de violencia y discriminación.
El 8 de marzo no es solo una fecha de conmemoración, sino un llamado urgente a la acción. Es imperativo que los Estados, las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad internacional refuercen sus estrategias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género. Por eso, Amnistía Internacional se suma a la movilización que se realiza este sábado e invita a la sociedad a manifestarse a favor de políticas robustas que protejan y garanticen el derecho de mujeres, niñas y diversidades a vivir una vida libre de violencias.
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