Frenemos el avance de una agenda anti-derechos en Brasil
En medio a la crisis política que asola a Brasil en los últimos meses, el Congreso aceleró discusiones y debates de un paquete de leyes - ocultas a la sociedad civil – que si son aprobadas pondrán en riesgo los derechos y las vidas de miles de personas.
Comunidades marginadas y discriminadas enfrentan niveles crecientes de violencia armada, mujeres y niñas carecen de servicios de salud sexual y reproductiva, niños son estigmatizados como responsables por la criminalidad creciente, pueblos indígenas y comunidades afro-descendientes no tienen acceso a sus tierras y personas que disienten o que se manifiestan pacíficamente recibirán el impacto de la “liquidación” que el Congreso realiza amenazando con reducir los derechos humanos a través de sus incontables mociones.
AHORA es el momento de hablar, organizarse, hacer un click y movilizarse antes de que nuestros derechos sean devastados. ¡Digamos al Congreso que los derechos humanos no se liquidan!
“Le escribo con alarma por las muchas propuestas legislativas recientemente introducidas en el Congreso que pueden desmantelar los derechos humanos en el país y contradecir de esta manera las obligaciones de Brasil con relación a los derechos humanos. Si las propuestas son aprobadas, los derechos y la vida de miles de personas estarán en riesgo.
Aquellas personas que expresen públicamente su opinión o que protesten pacíficamente en las calles podrían ser tratadas como terroristas o traidores; en el caso de que las modificaciones en la ley anti-terrorismo y otras reformas sean aprobadas; los derechos de los niños y adolescentes estarían en juego en caso de que el Congreso reduzca la edad penal para ser juzgados como si fueran adultos; los derechos a la salud de mujeres y niñas también pasarían a estar en riesgo si las propuestas de expander la criminalización del aborto se aprueben; los pueblos indígenas y comunidades afro-descendientes podrían sufrir la destitución de sus tierras si es que los proyectos de demarcación de tierras se llevan por delante sus derechos constitucionales; y los esfuerzos para reducir los altos y persistentes niveles de violencia armada podrían verse minados si las alteraciones propuestas en el Estatuto del Desarmamento son aprobadas, colocando en riesgo más vidas aún.
El Congreso debe defender y proteger los derechos humanos, así como garantizar que ninguna ley o enmienda restrinja de forma indebida su ejercicio. En lugar de limitar los derechos humanos, el Congreso debe trabajar para proponer nuevas leyes que protejan y promuevan los derechos humanos para todos en el país. Instamos al Congreso a que desista de cualquier esfuerzo por desmantelar las protecciones a los derechos humanos y que rechace cualquier ley o enimenda que ponga en riesgo los derechos y vidas de los individuos”.
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