Libertad para quienes defienden los derechos humanos en Turquía
Taner Kilic sólo hacía su trabajo como presidente de Amnistía Internacional en aquel país: poner al descubierto los abusos contra los derechos humanos cometidos en Turquía. Sin embargo, el 9 de junio de 2017 fue encarcelado por la acusación infundada de pertenecer a una “organización terrorista armada”.
Un mes más tarde, otros 10 defensores y defensoras de los derechos humanos, entre ellos la directora de Amnistía Internacional Turquía, fueron detenidos cuando asistían, como era habitual, a un taller para activistas de derechos humanos en Estambul. A todos estos defensores de los derechos humanos se las juzga por delitos relacionados con “terrorismo”, un intento absurdo de obstaculizar su activismo.
La detención de los 10 de Estambul y el encarcelamiento de Taner son los últimos de una sucesión de esfuerzos del gobierno dirigidos a acallar a quienes lo critican. Desde el intento de golpe de Estado de julio de 2016, más de 150.000 personas han sido objeto de investigación criminal.
Taner sigue en prisión y, aunque los 10 de Estambul recuperaron la libertad gracias a las acciones de campaña, siguen expuestos a riesgos.
Taner y los 10 de Estambul son nuestros amigos y colegas. Dedicaron su vida a proteger los derechos humanos de otras personas en Turquía y en otras partes. Tacharlos de delincuentes coloca a todo el mundo en una situación de vulnerabilidad frente a las actuaciones del gobierno para arrebatarles sus libertades personales.
Pedí a Turquía que deje de perseguir a estos defensores y defensoras de los derechos humanos y que retire los cargos en su contra.
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