Nuestras vidas son ahora más digitales que nunca. Internet es indispensable para la comunicación, así como para acceder a información y a servicios esenciales. El espacio digital es hoy fundamental para el disfrute de nuestros derechos humanos.

Sin embargo, este vital espacio está dominado por sólo dos empresas –Google y Facebook– cuyo modelo empresarial principal se basa en abusos contra los derechos humanos. Las dos empresas sacan provecho de recopilar el máximo de información posible sobre nosotros/as con el único propósito de vender anuncios publicitarios selectivos basados en nuestros datos más personales.

Google y Facebook nos rastrean de forma invasiva en nuestra vida diaria y crean con todo cuidado una imagen detallada de quiénes somos. Saben dónde estamos, con quién hablamos, qué escribimos en nuestros teléfonos, y de esto infieren fácilmente qué creemos y qué pensamos. Tienen un control desproporcionado sobre nuestros datos personales y sobre lo que vemos online.

Esta vigilancia empresarial constante es una grave amenaza para los derechos humanos, en particular el derecho a la intimidad, a la libertad de expresión y a no sufrir discriminación. Google y Facebook pueden llegar a manipular nuestras creencias y opiniones. Está en peligro nuestra capacidad misma de tomar decisiones libres e informadas.

Los algoritmos de las plataformas suelen dar prioridad a mostrar contenidos provocativos, para que estemos más tiempo ante nuestras pantallas con el fin de reunir cada vez más información sobre nosotros/as. A su vez, esto alimenta la propagación de la desinformación, el odio y el racismo online.

Facebook y Google quieren que pensemos que es así como funciona Internet, pero hay otras maneras de hacer publicidad online que no se basan en que las empresas creen perfiles cada vez más invasivos de quiénes somos y qué creemos. Facebook y Google obtienen demasiados beneficios de la publicidad basada en la vigilancia para que resuelvan ellas mismas el problema. Por eso es necesario que nuestros gobiernos intervengan.

Firma la petición y pide a tu gobierno que prohíba la publicidad basada en la vigilancia. Sólo te llevará un minuto. Amnistía Internacional insta a los gobiernos a:

1. Poner fin a la vigilancia para obtener beneficios: Prohíban la publicidad basada en el rastreo invasivo y el uso de perfiles de usuarios/as para obtener beneficios.

2. Parar la máquina de la manipulación: Garanticen el control y la supervisión independiente de los algoritmos con los que operan las plataformas para limitar el incremento de la desinformación, el discurso de odio y otros contenidos nocivos.

3. Devolver el control a la gente: Impugnen la posición dominante de Facebook y Google para garantizar que las personas pueden elegir alternativas que respeten de verdad los derechos.

Publicado el 2 de septiembre de 2021