En los últimos dos años se ha detenido y recluido a decenas de niños a causa de los actos de protesta contra el gobierno que vienen celebrándose en los pueblos y ciudades de mayoría chií de Bahréin,1 y se los ha acusado, entre otras cosas, de participar en “concentraciones ilegales”, intervenir en disturbios, quemar neumáticos o arrojar cócteles molotov contra patrullas policiales. Algunos han quedado en libertad sin cargos, pero decenas de ellos están siendo juzgados en la actualidad o se hallan recluidos sin juicio en espera de que se lleve a cabo una investigación. Según informes, algunos niños han sido víctimas de torturas y malos tratos, infligidas con el fin de obligarlos a firmar "confesiones" que, posteriormente, se han esgrimido ante los tribunales para incriminarlos a ellos y a otras personas.
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