La Unión Europea (UE) trata a las personas que piden asilo como si fueran objetos y las devuelve a Turquía con el argumento de que este es un "país seguro" para los refugiados. Es urgente que pare con este proceder, afirmó Amnistía Internacional.
La organización publicó un documento titulado "No safe refuge: Asylum-seekers and refugees denied effective protection in Turkey" que detalla los defectos del sistema de asilo de Turquía. La investigación da cuenta de las dificultades que afrontan las personas refugiadas en ese país y que hacen que su devolución en aplicación del acuerdo UE-Turquía del 18 de marzo sea no sólo ilegal, sino inadmisible.
El documento muestra las dificultades que tiene el sistema de asilo de Turquía para hacer frente a más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados. Como consecuencia, las personas que piden asilo pueden esperar años a que se estudien sus casos, tiempo durante el cual reciben poca o ninguna ayuda para encontrar alojamiento y sustento, por lo que hay incluso niños de tan solo nueve años trabajando para mantener a sus familias.
"No es cierto que Turquía cubra las necesidades de más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados. Es ilegal la devolución de refugiados de la UE a ese país. Estamos hablando de personas, de seres humanos con familias, historias, sentimientos; no estamos hablando de objetos. ¿Cuántos más tienen que morir para que el mundo sea solidario, comparta la responsabilidad y actúe de una buena vez?", señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Turquía no protege a los refugiados
Pese a su actitud de bienvenida en general hacia los refugiados, el gran número de personas -cerca de 2,75 millones de refugiados sirios y 400.000 solicitantes de asilo y refugiados de otros países (principalmente Afganistán, Irak e Irán)-impuso inevitablemente una considerable carga en el sistema de asilo de Turquía y su capacidad para cubrir las necesidades básicas de las personas.
El equipo de investigación de Amnistía Internacional entrevistó en Turquía a 57 personas refugiadas entre marzo y mayo de 2016. Todas describieron sus dificultades para sobrevivir sin apenas ayuda económica de las autoridades, pues la inmensa mayoría depende de la caridad de familiares, otros solicitantes de asilo o comunidades religiosas.
El informe también advierte que el trabajo infantil es habitual entre los refugiados en Turquía, pues las familias tienen dificultades para cubrir necesidades básicas.
Una mujer de origen sirio madre de tres niños dijo a Amnistía Internacional que toda su familia de siete personas sobrevive con las 5-10 liras turcas al día (alrededor de 1,75-3,50 dólares estadounidenses) que gana su hijo de nueve años trabajando en una tienda de comestibles. Las heridas que sufrió su esposo en Siria le impiden trabajar.
La UE debe compartir, no externalizar, la responsabilidad
Mientras Turquía recibe a más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados, más que ningún otro país del mundo, los Estados miembros de la UE reasentaron colectivamente a sólo 8.155 refugiados de todo el mundo en 2015.
"En lugar de trasladar responsabilidades a Turquía, la UE debe poner en marcha un programa de reasentamiento para los refugiados. Es obligación para Europa compartir el compromiso y no mirar para un costado, como ha hecho hasta ahora", concluyó Belski.
Para acceder al informe completo, haga click aquí (sólo disponible en inglés).