Un ataque químico realizado por aire mató a más de 70 personas e hirió a cientos de civiles en Khan Sheikhoun, provincia de Idleb, en el norte de Siria.

Tras el brutal ataque, Amnistía Internacional insta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) a adoptar de inmediato una resolución que haga cumplir la prohibición de los ataques con armas químicas y que facilite llevar a los autores de estos crímenes ante la justicia.

Desde el equipo de investigación de la organización señalaron que los miembros del Consejo de Seguridad -en particular Rusia y China- mostraron un brutal desprecio por la vida humana al no haber aprobado resoluciones que tomen medidas punitivas contra quienes cometan crímenes de guerra y otras violaciones graves en Siria.

El Consejo de Seguridad debe votar inmediatamente para investigar este ataque y llevar a los responsables ante la justicia. Si no lo hiciera, sería catastrófico. Además, las consecuencias serían que los gobiernos y los grupos armados de Siria sigan alentando a los civiles en crímenes de guerra con armas prohibidas y convencionales.

Muchas de las víctimas del ataque (que fue el 4 de abril a las 6:30 de la mañana hora local) parecen haber sido envenenadas mientras dormían.

Arma química

Es muy probable que las víctimas hayan estado expuestas a un compuesto organofosforado, como el sarín. Los expertos no creen que el gas de cloro haya sido utilizado como en ataques químicos anteriores en el conflicto sirio.


Amnistía Internacional también pudo verificar más de 25 videos grabados tras el ataque con armas químicas. Algunos videos son de calidad suficiente para que los expertos observen a las víctimas con pupilas dilatadas, descritas como un síntoma clásico de intoxicación. 
El personal médico sufre los efectos secundarios que serían compatible con el uso del agente venenoso. En algunos videos los pacientes están temblando.

Un fragmento de imágenes, que Amnistía Internacional ha corroborado con otros contenidos disponibles, muestra a nueve chicos sin vida en la parte trasera de una camioneta pick-up. Los niños y niñas están desnudos o parcialmente vestidos; Parecen haber muerto en sus camas. Ningún signo de traumatismo es visible en sus cadáveres, lo cual es consistente con el envenenamiento químico.

Otros videos después del ataque muestran que muchas personas fueron tratadas por problemas respiratorios, así como también se ven más imágenes de niños y adultos muertos. No hay signos de heridas sangrientas o lesiones de ametralladora.

“Este es el ataque químico más mortífero en Siria desde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 2118 en septiembre de 2013 para la eliminación de las armas químicas de Siria”, indicaron los investigadores de la organización.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas y la ONU han confirmado conjuntamente varios ataques con armas químicas desde entonces, tanto por parte del gobierno como de las fuerzas no gubernamentales. "Es espantoso que nadie haya comparecido ante la justicia", agregaron.


Entrevistas con médicos 


Amnistía Internacional entrevistó a una enfermera que trabajaba en el hospital Al Rahma la mañana del ataque. Ella recuerda haber visto su reloj alrededor de las 6.20 de la mañana. Hasta entonces, cuando estaba tomando el café de la mañana, todo estaba tranquilo.


“El sonido de la explosión no era como lo que estamos acostumbrados a oír. Mis colegas y yo pensamos que no había explotado, no fue un sonido de explosión. Unos minutos más tarde, alrededor de las 6.35, las primeras víctimas fueron traídas. Luego el flujo continuó hasta las nueve de la mañana. Un gran número de personas y ayudantes fueron traídos y sólo había cuatro médicos en el hospital en ese momento. Uno de nosotros también se infectó “.

La enfermera también describió síntomas desconocidos:
 "El olor nos alcanzó aquí en el centro; olía a comida podrida. Recibimos víctimas de ataques de cloro antes, pero esto era completamente diferente. Las víctimas tenían vómito de la nariz y la boca, un color amarillo oscuro, a veces marrón. También tenían parálisis en las funciones respiratorias. Los niños estaban muriendo más rápido que los adultos. Intentamos inyecciones pero no funcionó. Las víctimas eran incapaces de tragar, estaban inconscientes, completamente sin respuesta”.

El uso de armas químicas está estrictamente prohibido por el derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra. La comunidad internacional debe mostrar su indignación y tomar todas las medidas posibles para proteger al pueblo sirio y a la gente del mundo de actos tan horrendos.

Un médico que trabajaba en el hospital especializado en cirugía, a unos 50 kilómetros del sitio del ataque, también dio su informe del incidente.
 “Las víctimas fueron enviadas primero a los hospitales más cercanos, así que cuando llegaron a nosotros, era alrededor de las 8 de la mañana. El ataque ocurrió exactamente a las 6.42 de la madrugada. Las víctimas, entre ellas unas 70 personas muertas, llegan a un total de 400 personas. Todas fueron repartidas entre los diferentes centros médicos y Turquía. Dos personas traídas aquí murieron en el hospital".

El médico agregó: "Las víctimas llegaron a nosotros en diferentes estados. Algunos tenían parálisis muscular y respiratoria que tratamos con tranquilizantes. Tenían secreciones en la boca y la nariz que eran blancas, algunos estaban completamente inconscientes, otros tenían dolor muscular severo".

“Los niños son los primeros en morir, no pueden combatir esto, sólo tuvimos un hijo que, gracias a Dios, sobrevivió”

Antecedentes


Khan Sheikhoun es una pequeña ciudad en la carretera de Damasco en Idleb rural. Es una de las pocas áreas en Siria del noreste que permanece bajo control de la oposición. En los últimos meses Idleb se convirtió en un punto clave para aquellos que huyen de la violencia en Alepo y en otros lugares. La zona ha sufrido bombardeos esporádicos desde 2012.

Recientemente el bombardeo se intensificó en respuesta a una ofensiva sorpresa de grupos armados. Las aeronaves de la coalición liderada por Estados Unidos también llevan a cabo ataques en Idleb.
 Amnistía Internacional ha pedido reiteradamente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que ponga fin al ciclo de impunidad y remita la situación en Siria a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional. En febrero de 2017, Rusia y China vetaron un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad (La “transferencia no autorizada de armas químicas o el uso de armas químicas por cualquier persona en la República Árabe Siria”).

Este ataque también sirve como un triste y desafortunado recordatorio a los países europeos que se reúnen en Bruselas para considerar la acción hacia la justicia y la rendición de cuentas debe ser central en cualquier discusión sobre el futuro de Siria.