Un tema pendiente en Argentina es la sanción de una ley que garantice la interrupción voluntaria del embarazo para las mujeres y personas con capacidad de gestar. La ausencia de una política de Estado que permita la práctica sin restricciones en los centros de salud y hospitales de todo el país vulnera los derechos sexuales y reproductivos de esas personas provocando riesgos importantes para su salud psicofísica y en algunos casos sus muertes.
El movimiento de mujeres, el feminismo en general y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal y Seguro y Gratuito en particular logró poner el tema en la agenda pública hasta alcanzar en 2018 que el Congreso debata un proyecto que tuvo media sanción en la Cámara Baja pero que luego no prosperó en el Senado. Sin embargo, el rechazo al proyecto no impidió que el aborto se instale en la mesa familiar y siga presente en la agenda política generando un quiebre cultural en Argentina.
Tiempo antes a la coyuntura política y social que transita el país, un grupo específico de mujeres integrantes de La Colectiva Feminista La Revuelta decidió dar una respuesta concreta creando Socorro Rosa. Un servicio de información y acompañamiento para mujeres que necesitan interrumpir sus embarazos inspirado en los socorros rosas de las feministas italianas de la década del 70.
“Nuestra práctica es una práctica política por la autonomía. A nosotras nos importa las políticas públicas y por eso cuando elaboramos la consiga `el Estado abandona a quienes aborta nosotras no´, es una consigna que señala una falta pero que además hace una proposición”, describió Ruth Zurbriggen integrante y fundadora de La Colectiva Feminista La Revuela y de Socorro Rosa.
El servicio se materializa en cuatro etapas que incluyen un primer llamado donde se pauta un encuentro. En segunda instancia, la persona que solicita la ayuda recibe la información necesaria de cómo realizar la práctica según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tercer momento es cuando la mujer o persona con capacidad de gestar utiliza la medicación correspondiente en su casa y las socorristas la acompañan con guardias telefónicas. El proceso finaliza con el control post aborto.
“Para nosotras un aborto seguro es un aborto acompañado que incluye la amorosidad y la no estigmatización”, aclaró Zurbriggen, también integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Revueltas con causa justa
Socorro Rosa nació en Neuquén en 2010 tras una decisión política de La Revuelta asumiendo el espacio siete de sus integrantes: María Trpin, Belén Grosso, Viviana Menichetti, Graciela Alonso, Ruth Zurbriggen, Livia De Agustino y Marcela Pérez.
“A partir de lo que fuimos experimentando en Neuquén le dijimos a otras compañeras de la Campaña que había que juntarse porque además de reclamar por la ley nos parecía que había que ponerle el cuerpo a una cosa de resolución más concreta”, recordó la socorrista que calificó al servicio como “un dispositivo político que da información y acompaña la decisión de abortar”.
En la primera reunión de trabajo en Córdoba en 2012 participaron 20 mujeres de Mendoza, Rosario, Neuquén y la provincia anfitriona. En la actualidad hay 54 colectivas (seis en Neuquén) y 454 activistas que dan forma desde 2013 a Socorristas en Red. https://socorristasenred.org/
Ese año fue nodal para la organización porque desde La Revuelta llevaron a la segunda reunión - que también se realizó en Córdoba - la propuesta de crear un blog para dar a conocer cómo se tiene que usar el misoprostol (medicamento recomendado por la OMS) y cómo hacerlo de una forma segura.
La decisión no fue sencilla por el riesgo que implicaba la exposición en un país donde la práctica es punible. En ese encuentro además se definió sistematizar los acompañamientos creando estadísticas sobre la tarea realizada por las socorristas. En esos datos se observa que mujeres feministas o no, de distintas edades, clases, etnias y credos recurrieron a Socorro Rosa para abortar de forma segura.
Miles de mujeres acompañadas
La sistematización se hace con un programa creado por profesionales de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). La información brindada por la integrante de La Revuelta Belén Grosso muestra que 6.468 mujeres y personas con capacidad de abortar fueron acompañadas desde 2014 a 2019 por el servicio en Neuquén y distintas localidades del Alto Valle. En un altísimo porcentaje fueron mujeres quienes encontraron una respuesta sorora ante la indiferencia y pasividad de los distintos gobiernos.
Luciana Hita, tocoginecóloga del Hospital Regional Castro Rendón ponderó el trabajo de las socorristas. “Al no tener que pasar por el sistema de salud que las expulsaba y al tener un método seguro como es el misoprostol, con el acompañamiento de Socorro Rosa disminuyeron las muertes y disminuyeron otros riesgos. El sistema de salud enviaba pacientes a La Revuelta y así evitabas la clandestinidad que también era peligrosa”.
Al respecto Zurbriggen reflexionó: “si el dispositivo no existiera aumentaría la cantidad de abortos inseguros. Las mujeres darían más vueltas para conseguir información y acompañamiento. Salvar vidas no es una frase hueca para nosotras y nosotres. Al revés, expone el contrasentido de quienes arman el slogan salvemos las dos vidas y nunca hicieron nada para reducir las muertes de mujeres por abortos inseguros”.
Falta de garantías en el sistema público de salud
La trascendencia de la acción socorrista fue visibilizada por el ex jefe de ginecología del Castro Rendón Guillermo Suttora. En una nota publicada por el diario la Mañana de Neuquén en marzo de 2015 el profesional contó que entre 2011 y 2013 el servicio de Toco Ginecología había asistido a 394 mujeres. Y en 2014 fueron 120 mujeres las asistidas a causa de un aborto incompleto o espontáneo. “De alguna manera estas mujeres evitan en la mayoría de los casos recurrir a un aborto clandestino”, declaró Suttora, quien consideró que la citada disminución “coincide con el inicio de las tareas de esta organización”.
En la actualidad el sistema público de salud de Neuquén en la mayoría de sus hospitales cumple con la ILE aunque todavía existen falencias ya que no se garantiza en la totalidad del territorio provincial. “En el Hospital de Cutral Co y de Zapala el servicio de Toco Ginecología es objetor de conciencia. Admiten la ILE los y las médicas generales y en el caso del Hospital de Zapala la internación se realiza a través de medicina general”, confirmó Soledad Soberón, jefa del Departamento del Programa de salud sexual y reproductiva de la Subsecretaría de Salud de la provincia de Neuquén.
De acuerdo a la experiencia de Zurbriggen las trabas pasan por la ausencia de un sistema que garantice el aborto ya que son “personas dentro de un sistema dando respuestas”. Aseguró que “hay profesionales de la salud pública que nos dicen: ´a ustedes llegan un montón de mujeres y acá no. Y le respondemos: ¿por qué crees pasa eso? ¿qué consultorios hay dónde se pueda hablar de interrupción de embarazo?”.
Socorro con ley o sin ley
En 2012 la OMS en su publicación “Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud” difundió que cada año aproximadamente 47.000 mujeres mueren debido a complicaciones del aborto inseguro. Y calculó que 5 millones de mujeres padecen discapacidades temporales o permanentes, incluso infertilidad. “Se destaca el vínculo inextricable entre la salud de la mujer y los derechos humanos, y la necesidad de leyes y políticas que los promuevan y protejan”, se especificó.
Asimismo, en el informe de 2017 que la OMS realizó junto al Instituto Guttmacher sintetizó en base a estadísticas mundiales que “restringir el acceso al aborto no reduce el número de abortos”.
El presidente electo en Argentina, Alberto Fernández, consciente de esta realidad y empujado por la “marea verde” afirmó en la reciente apertura de las sesiones ordinarias que presentará un proyecto de ley que garantice la interrupción voluntaria del embarazo. “Presentaré un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo y permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando toman la decisión de abortar”, sostuvo Fernández.
En su discurso aclaró en relación a la penalización vigente desde 1921 que “la jurisprudencia da cuenta de lo ineficaz que resulta la norma en su criterio preventivo”. Y haciéndose eco del discurso feminista indicó que “en el Siglo XXI toda sociedad necesita respetar la decisión individual de sus miembros a disponer libremente de sus cuerpos”.
Para la referente del Programa de salud sexual y reproductiva de la provincia “una ley claramente va a garantizar el derecho de las personas que necesiten o quieran acceder a la práctica. Las leyes garantizan derechos por lo que considero que va a ser un gran avance”.
Queda saber los alcances del proyecto y, teniendo en cuenta los antecedentes de 2018, la decisión que tomarán quienes representan al pueblo en el Congreso de la Nación cuando llegue el momento de votar.
Mientras tanto, las socorristas neuquinas sentaron postura y seguirán acompañando la decisión de quienes necesiten abortar. Como expresa la fundadora de La Revuelta el “socorrismo es un feminismo que pretende resolver un problema concreto, aquí y ahora. No es un feminismo para cuando lleguen todas las transformaciones más profundas que necesitamos”.
En este sentido, Zurbriggen adelantó: “el Socorro hoy no es un mientras tanto, el Socorro va a seguir existiendo cuando el aborto sea legal. Toda ley marca sus fronteras y deja afuera, y ahí nosotras tendríamos que seguir actuando. Además, tendremos una inmensa tarea de difusión de los alcances de la ley, y de control y monitoreo de su cumplimiento”.
El aborto considerado como un problema de salud pública que vulnera los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres necesita de una política pública que se está gestando pero que aún no ve la luz.
Sin embargo, ni la injusta y dolorosa historia ni el auspicioso presente para las mujeres son un impedimento para Socorro Rosa Neuquén y las socorristas de todo el país que no esperan y seguirán acompañando con información y amorosidad para salvar vidas.
(*) Periodista. Integrante de la RED PAR –periodistas de Argentina por una comunicación no sexista.
Diplomado en Comunicación con perspectiva en Derechos Humanos y Género.