LOS INICIOS DE AMNISTÍA INTERNACIONAL
La vela no arde por nosotros, sino por todos aquellos que no conseguimos sacar de prisión, que fueron abatidos camino de prisión, que fueron torturados, secuestrados o víctimas de ‘desaparición’. Para eso es la vela.
Peter Benenson,
Fundador de Amnistía Internacional
Presente hoy en más de 150 países y con más de 3 millones de activistas, Amnistía Internacional fue fundada en 1961 por Peter Benenson. Este abogado británico leyó un día en la prensa que unos estudiantes portugueses habían sido encarcelados por brindar a favor de la libertad en su país. Este hecho fue el catalizador que le llevó a publicar, el 28 de mayo de 1961, el artículo Los presos olvidados en el diario The Observer. En él instaba a personas de todo el mundo a actuar para conseguir la excarcelación de seis reclusos a los que denominó presos de conciencia: personas encarceladas por sus convicciones políticas, religiosas u otros motivos de conciencia, que no han recurrido a la violencia ni propugnado su uso.
Un nuevo activismo
Más de un millar de lectores participaron en esta acción. Quizá sin darse cuenta Benenson había dado forma a un tipo de activismo que daría excelentes resultados en la lucha contra la injusticia: la acción de numerosas personas anónimas a favor de otras personas víctimas de violaciones de los derechos humanos.
Lo que empezó como un acto puntual pronto se transformó en un movimiento internacional de carácter permanente. Al cabo de un año, la nueva organización ya había enviado delegaciones a cuatro países para elevar protestas en favor de varios presos y se había hecho cargo de 210 casos.
A medida que Amnistía Internacional fue creciendo, su foco de atención se fue ampliando a víctimas de otros abusos de derechos humanos, como la tortura, las desapariciones forzadas y la pena de muerte. En 1977, los esfuerzos del movimiento fueron recompensados con el premio Nobel de la Paz, y en 1978, la organización fue galardonada con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En la actualidad es miembro consultivo de las Naciones Unidas, así como de otras instancias.
Amnistía hoy en día
Desde Los presos olvidados, hemos pasado de ser una sola oficina en Londres a un movimiento global de derechos humanos de más de 3 millones de personas en más de 150 países y territorios.
Hemos logrado innumerables éxitos, de ver a miles de prisioneros de conciencia en libertad, presionando a poderosos gobiernos y corporaciones a rendir cuentas de las violaciones de los derechos humanos.
Aun persisten muchos graves problemas. Pero estamos seguros que nuestro movimiento puede cambiar esta situación. Sabemos dónde están los puntos de inflexión y conocemos el poder nuestros seguidores en todo el mundo.