Los Estados de las Américas deben priorizar el enfoque en derechos humanos al combatir el COVID-19, pandemia que puso de manifiesto las grandes brechas de desigualdad y discriminación de la región. Así lo indicó Amnistía Internacional en una carta abierta a los y las jefes de Estado que asistirán a la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

“En el contexto de las medidas de emergencia ante la pandemia, muchos países han tomado medidas represivas y restrictivas de los derechos humanos, que siempre impactan desproporcionalmente sobre las poblaciones más vulnerables, acentuando desigualdades que anteceden esta crisis”, afirmó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

Por ejemplo, en países como Chile  y Nicaragua, donde en años recientes se han cometido violaciones de derechos humanos e incluso crímenes del derecho internacional – como tortura – es indispensable que los Estados miembros de la OEA, en virtud de la obligación compartida de garantizar derechos humanos, urjan a las autoridades nacionales competentes a investigar seria y exhaustivamente dichas situaciones.

En países como El Salvador, Paraguay y Venezuela, entre otros, las estrictas medidas tomadas para combatir el COVID-19 incluyeron que decenas de miles de personas fueran confinadas en centros de cuarentenas administrados por el estado bajo custodia policial o militar. En algunos se identificaron situaciones discriminatorias y la falta de agua, alimentación y atención médica adecuada, condiciones que podrían constituir tratos crueles, inhumanos o degradantes y una violación del derecho a la salud.

Por otro lado, la cooperación entre los Estados de las Américas debe garantizar que los tratamientos médicos para combatir el COVID-19 y la potencial vacuna estén disponibles y sean accesibles sin discriminación, estableciendo medidas especiales para apoyar a las personas en situación de vulnerabilidad o grupos específicos que corren un mayor riesgo ante el virus.

Asimismo, la organización exige a los Estados miembros de la OEA y a su Secretario General que respeten la autonomía y la independencia de los órganos del sistema interamericano de derechos humanos, en referencia a la decisión anunciada por el Secretario General de no renovar el mandato del Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En momentos como este, es indispensable contar con un sistema Interamericano de derechos humanos fortalecido.

Además, la organización llama a instaurar los canales de investigación independientes que permitan dar un curso adecuado a las denuncias que se puedan haber planteado desde el seno de la CIDH, asegurando así el cumplimiento de todas las garantías para las partes, la transparencia en la gestión pública, y eventualmente, si correspondiera, la determinación de responsabilidades y medidas de reparación.

Una delegación de Amnistía Internacional estará presente durante la 50ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, y habrá portavoces disponibles para entrevistas.