Los Estados de
África Occidental y Central deben tomar medidas urgentes para
garantizar la disponibilidad y asequibilidad de las vacunas de la COVID-19 a todas las personas, ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
La organización ha presentado una
petición en la que se insta a los gobiernos a
respetar el principio de no discriminación, dar prioridad a los grupos de mayor riesgo en sus campañas de vacunación e intensificar la vacunación del personal sanitario a fin de prevenir el colapso total de los sistemas de salud.
“La propagación de nuevas variantes por toda África Occidental y Central hace que el acceso justo a las vacunas revista cada vez más urgencia. Para proteger el derecho a la salud, los Estados deben garantizar que todas las personas tienen acceso a vacunas asequibles y de buena calidad y que las campañas de vacunación no agravan las desigualdades“, ha manifestado Samira Daoud, directora de Amnistía Internacional para África Occidental y Central.
“Pedimos a todos los Estados de la región que se aseguren de que en la distribución de las vacunas se da prioridad a las personas que se están viendo afectadas de manera desproporcionada por la COVID-19. Los Estados deben dar prioridad al personal sanitario y a las personas de edad avanzada o con comorbilidades. Deben también dar prioridad a las personas históricamente marginadas, las que dependen de la economía informal y las que no pueden guardar la distancia social.
Hasta ahora, el Mecanismo COVAX ha distribuido 16 millones de dosis a 27 países africanos. Es decir, 16 millones de dosis para un continente con una población de más de 1.200 millones. Está claro que la vacunas están llegando demasiado despacio y que hay que hacer todavía mucho más para salvar vidas y proteger los sistemas de salud.”
Mientras la OMS advierte de que África podría estar enfrentándose a una tercera ola de la pandemia de COVID-19, al menos 38 países del continente han comenzado su campaña de vacunación. En África Occidental y Central, las pocas dosis disponibles se han distribuido a un ritmo desigual y no necesariamente a quienes más las necesitan. Ghana ha hecho al menos 400.000 vacunaciones en dos semanas, frente a las menos de 150.000 que ha hecho Senegal en seis semanas.
Mientras tanto, algunos países de la región están informando de nuevas variantes que podrían ser más mortíferas y transmisibles. Según análisis de Alianza Vacuna para el Pueblo, los países ricos han pedido dosis suficientes para vacunar a sus poblaciones tres veces, mientras que 9 de cada 10 personas de cerca de 70 países pobres –incluidos los de África Occidental y Central–, probablemente no sean vacunadas este año, y entre ellas hay profesionales de la salud y personas en situación de riesgo.
En la
petición se insta también a los Estados de África Occidental y Central a incorporar normas clave de derechos humanos a sus planes de vacunación para prevenir la exclusión y la discriminación al determinar quién recibirá la vacuna y cuándo. Los gobiernos deben también comunicar con claridad los beneficios de vacunarse y ser transparentes en todas las fases de sus planes nacionales de vacunación.
“Los países tienen la obligación de trabajar juntos para responder a la pandemia y los Estados más ricos tienen la responsabilidad especial de ayudar a los que tienen menos recursos. El enfoque del nacionalismo de las vacunas adoptado por algunos países menoscaba si lugar a dudas la lucha mundial contra la COVID-19”, ha añadido Samira Daoud.
“Los Estados deben tomar medidas para reforzar los sistemas de salud y garantizar la infraestructura y los recursos necesarios para llevar a cabo las campañas de vacunación. Entre ellas figuran la protección y priorización del personal sanitario y las poblaciones en situación de vulnerabilidad. Pero también mejorar las cadenas de suministro en frío para garantizar que la vacunación es segura y eficaz.”