Ante la alarmante amenaza de muerte proferida por Adam Delimkhanov, político ruso de Chechenia, contra familiares del activista de los derechos humanos checheno Abubakar Yangulbaev, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha declarado:
“Las autoridades rusas deben abrir con carácter inmediato una investigación creíble, imparcial e independiente sobre esta espeluznante amenaza de muerte. Un miembro poderoso del Parlamento federal ruso no debería hacer nunca una declaración de esta índole, y debe responderse a ella adoptando las medidas adecuadas. Es fundamental asimismo que las autoridades garanticen la protección de la familia de Abubakar Yangulbaev frente a daños de acuerdo con sus deseos.
Adam Delimkhanov sólo es el último político checheno de alto nivel que lanza una escalofriante amenaza de muerte contra la familia del abogado de derechos humanos Abubakar Yangulbaev. Su vídeo transmite un mensaje profundamente preocupante que atemorizará a toda persona que desee criticar a los líderes de Chechenia.
Mientras tanto, el Kremlin no está dispuesto a frenar este tipo de amenazas para los derechos humanos en Chechenia o es cómplice a sabiendas en este execrable acto. Una vez más, las autoridades federales rusas han manifestado su gélida indiferencia.”
El Kremlin no está dispuesto a frenar este tipo de amenazas para los derechos humanos en Chechenia o es cómplice a sabiendas en este execrable acto.
Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central
Información complementaria
El 1 de febrero, el político checheno Adam Delimkhanov compartió en Instagram un vídeo en el que mencionaba de manera explícita a la familia de Abubakar Yangulbaev, antes de decir: “Los perseguiremos hasta que les cortemos la cabeza y los matemos”. El mismo día, Ramzan Kadyrov, jefe de la República Chechena, también profirió amenazas de muerte, menos explícitas, contra la familia de Yangulbaev.
El 20 de enero, Zarema Musaeva, madre de Abubakar, fue secuestrada por hombres chechenos en su apartamento de Nizhni Novgorod, en Rusia central. La llevaron a Chechenia y la sometieron a “detención administrativa” por “vandalismo leve”. Más tarde, la acusaron de “violencia peligrosa para la vida o la salud de un agente de policía”, y fue detenida para un periodo de dos meses. Su detención es arbitraria y debe ser puesta en libertad de inmediato y sin condiciones.
Kadyrov, furioso tras haber hecho públicos algunos miembros de la familia Yangulbaev los secuestros de familiares suyos por las autoridades chechenas y otras flagrantes violaciones de derechos humanos cometidas en Chechenia, ha acusado sin fundamento a la familia de apoyar el “terrorismo”.