La directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, Marie Struthers, ha efectuado las siguientes declaraciones en relación con la detención y reclusión en régimen de incomunicación (durante, al menos 15 horas) de Marina Ovsyannikova, la editora del Canal 1 ruso —controlado por el Estado— que irrumpió el pasado lunes en un programa de noticias retransmitido en directo para protestar contra la invasión rusa de Ucrania:
“Las autoridades rusas deben dejar de inmediato en libertad a Marina Ovsyannikova, a la que detuvieron tras su valiente acto de protesta, realizado en directo en televisión. La periodista no debe sufrir represalias por haber tenido el valor de ejercer su derecho a la libertad de expresión".
“Marina Ovsyannikova ha demostrado que el coraje de defender la justicia sigue siendo más fuerte que la propaganda del Estado”
“Marina Ovsyannikova ha demostrado que el coraje de defender la justicia sigue siendo más fuerte que la propaganda del Estado, incluso entre aquellas personas cuyo trabajo consiste en retransmitirla. Su impresionante ejemplo ha permitido comprobar el deseo que siente la población de decir al poder lo que piensa, pese a la brutal represión que presenciamos, hoy día, en Rusia".
“El Kremlin continúa empecinado en ocultar el coste humano de los presuntos crímenes de guerra que está cometiendo en Ucrania, y para ello no duda en criminalizar toda forma de disidencia y de protesta contra la guerra. Marina Ovsyannikova no ha cometido ningún delito. Su desafiante protesta arroja luz sobre la oscuridad total que las autoridades rusas han intentado imponer”.
“No se debe detener a nadie por la sola expresión de sus opiniones, y menos aún, mantener a esa persona sin contacto con el mundo exterior hasta hacerla comparecer ante un tribunal, acusada de cargos espurios. Marina Ovsyannikova debe quedar de inmediato en libertad, y no sufrir más represalias".
Información complementaria
El 14 de marzo, Marina Ovsyannikova irrumpió en un programa de noticias, retransmitido en directo, con un letrero en el que se podía leer: “No crean la propaganda. Aquí les mienten”. Al mismo tiempo, gritó: “¡detengan la guerra!”
Según la ONG OVD-Info, dedicada a observar el comportamiento de la policía, la periodista fue rápidamente detenida y desalojada del lugar. Durante la noche, la policía no facilitó ninguna información sobre su suerte y paradero, ni aclaró siquiera si estaba detenida o no. El 15 de marzo, los medios rusos comunicaron que había sido acusada de “organización de acto público no autorizado”, y que las autoridades estaban considerando abrir una investigación penal en su contra.