Unas recientes imágenes de la policía en India atacando con porras a manifestantes y detenidos ponen de manifiesto la urgente necesidad de que los organismos encargados de hacer cumplir la ley de todo el mundo aborden el uso indebido y desenfrenado de las porras y otras armas para golpear. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy. Con vistas al Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, la organización ha publicado un nuevo documento en el que se expone cómo y cuándo pueden desplegarse estas armas de acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos, y en el que se destacan los principios rectores de legalidad, necesidad, proporcionalidad y rendición de cuentas.
Según las normas internacionales, las porras nunca deben utilizarse como medio de castigo, para dispersar protestas pacíficas o contra personas que ya están inmovilizadas. Sin embargo, como ha documentado ampliamente Amnistía Internacional, los organismos encargados de hacer cumplir la ley de todo el mundo siguen haciendo un uso indebido de las porras que puede constituir tortura u otros tratos crueles, inhumanos y degradantes. A principios de este mes, un agente de policía fue filmado golpeando repetidamente a manifestantes ya detenidos en la ciudad india de Saharanpur (Uttar Pradesh), mientras éstos, todos hombres, lloraban de miedo y dolor y uno de ellos se quejaba de un brazo roto. El vídeo sacó a la luz los tipos de abusos que se producen a puerta cerrada en los centros de detención de todo el mundo, y mostró cómo armas tan comunes como las porras pueden convertirse en instrumentos de tortura si se utilizan de forma inadecuada.
“Las porras no son juguetes: pueden causar lesiones graves e incluso la muerte si se utilizan indebidamente. Aun así, vemos una y otra vez que la policía utiliza las porras como medio de represión o castigo, ya sea para sofocar protestas pacíficas o para infligir deliberadamente dolor y miedo a las personas detenidas”, ha declarado Anja Bienert, experta en prácticas policiales y derechos humanos de Amnistía Internacional Países Bajos.
“Los organismos encargados de hacer cumplir la ley deben dejar de utilizar las porras como primera medida. Por regla general, las porras sólo deben utilizarse como medio de defensa contra las agresiones, y únicamente cuando no exista una alternativa menos lesiva. La policía debe intentar calmar la situación emitiendo claras advertencias verbales antes de utilizar las porras, y debe usarlas de forma que se minimicen los daños físicos. Golpear a las personas en la cabeza, la cara, el cuello, la garganta o la ingle, o golpearlas repetidamente, raramente está justificado.”
Un problema global
Las armas de mano de impacto cinético para golpear son el material más habitual y peor utilizado para hacer cumplir la ley en todo el mundo. En 2021, Amnistía constató 188 casos de uso de indebido de porras y otras armas para golpear en 35 países, entre ellos Bielorrusia, Chile, Estados Unidos, Francia, Myanmar y Nigeria.
Otros casos de uso indebido de la porra constatados recientemente son los siguientes:
- Las fuerzas bielorrusas golpearon brutalmente a personas migrantes y solicitantes de asilo que intentaban cruzar la frontera con Polonia entre julio y noviembre de 2021.
- Guardias penitenciarios marroquíes entraron en la celda del activista saharaui Mohamed Lamine Haddi en marzo de 2022, lo golpearon con porras y le cortaron la barba.
- En abril de 2022, las autoridades israelíes atacaron a fieles con porras y balas de goma en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, empleando una violencia equivalente a la tortura y otros malos tratos, y dejaron al menos 150 personas palestinas heridas.
Normas internacionales claras
El documento de Amnistía Internacional incluye 20 normas sobre cómo utilizar las porras de forma respetuosa con los derechos humanos. Estas normas se basan en los Principios Básicos de la ONU sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, así como en las directrices de Amnistía sobre cómo deben aplicarse los Principios Básicos.
En concreto, los funcionarios y funcionarias encargados de hacer cumplir la ley deberían:
✔ utilizar las porras sólo como medio de defensa contra las agresiones.
✔ utilizar las porras sólo si no disponen de una alternativa menos lesiva.
✔ antes de usar la porra, formular una orden clara para que se ponga fin a la violencia, y advertir acerca del uso de la fuerza en caso de no cumplirse la orden.
✔ dirigir los golpes a las zonas del cuerpo más musculosas (muslos y parte superior de los brazos) y evitar las zonas en las que pueden producirse lesiones más graves.
✔ poder justificar cada uno de los golpes, y dejar de utilizar la porra tan pronto como logren el objetivo.
Los funcionarios y funcionarias encargados de hacer cumplir la ley no deben:
✖ utilizar las porras contra personas que se comportan de manera pacífica o simplemente oponen resistencia pasiva.
✖ utilizar la porra contra personas que ya están sometidas a control.
✖ utilizar la porra para dispersar una reunión pacífica.
✖ llevar a cabo “cargas con porras”, es decir, perseguir con golpes de porra a manifestantes que huyen.
✖ dirigir los golpes a las zonas de “alto riesgo” (como la cabeza, el cuello, la columna, la garganta y la zona inguinal) salvo en situaciones que impliquen un peligro inminente de lesiones graves o muerte que no pueda contrarrestarse de otro modo.
Amnistía Internacional también reclama la prohibición total de las porras cuya única finalidad práctica es la tortura u otros malos tratos, como las porras con púas, e insta a los gobiernos a que establezcan controles comerciales sobre las porras y otros artículos para hacer cumplir la ley cuando haya motivos razonables para creer que se utilizarán para la tortura u otros malos tratos.
El nuevo documento se presentará el 23 de junio en una reunión organizada conjuntamente por la Asociación para la Prevención de la Tortura y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sobre la prevención de la tortura en el contexto de reuniones públicas.