Dos años después de las protestas de #EndSARS (movimiento contra la Unidad Especial Antirrobos, SARS por sus siglas en inglés), más de 40 manifestantes permanecen en las prisiones de Nigeria, ha afirmado hoy Amnistía Internacional, mientras que las comisiones establecidas para investigar la impunidad policial no han hecho justicia a cientos de víctimas de brutalidad policial.
Amnistía Internacional ha concluido que la gran mayoría de manifestantes de #EndSARS detenidos en octubre de 2020 continúan recluidos arbitrariamente sin juicio.
“El hecho de que nadie haya comparecido ante la justicia por los actos de tortura y los homicidios cometidos contra manifestantes de #EndSARS es una mancha en el historial de derechos humanos de Nigeria. Mientras tanto, las violaciones de derechos humanos cometidas por la policía continúan. Las autoridades deben garantizar que los presuntos autores de la mortífera represión contra manifestantes de #EndSARS comparecen ante la justicia en juicios con garantías y abordar la impunidad por la brutalidad policial”, ha afirmado Osai Ojigho, directora de Amnistía Internacional Nigeria.
“Hace dos años, el ejército y la policía nigerianos mataron a un mínimo de 12 personas en el área de peaje de Lekki y en Alausa, estado de Lagos, mientras grupos armados progubernamentales incitaban instigaban deliberadamente a la violencia en muchas manifestaciones de #EndSARS en otras partes del país para que sirviera de pretexto para el uso de medios letales contra manifestantes pacíficos por parte de la policía. En lugar de poner a disposición de la justicia a los responsables de los ataques, las autoridades han emprendido una sucesión de insólitas negaciones y encubrimientos.”
Desde las protestas de #EndSARS, muchas personas que han intentado ejercer su derecho de protesta pacífica han sido objeto reiteradamente de amenazas, hostigamiento e intimidación.
Detención prolongada sin juicio
Oyewole Olumide, Rasheed Tiamiyu, Moruf Adekunle, Taoreed Abiodun, Ikenna Amechi, Afeez Ariyo, Ikechukwu Eze y Adesina Ademuyiwa son algunas de las personas detenidas en Ibadan por participar en manifestaciones de #EndSARS en octubre de 2020. A pesar de que, según informes, tienen problemas de salud, continúan recluidas sin juicio en el Centro Penitenciario de Agodi, tras haber estado detenidas en una instalación de la SARS en Ibadan y en la prisión de Abolongo, en la ciudad de Oyo.
Ayodeji Oluwasegun, Andoh Immanuel, Yakubu Olayiwola, Olaogun Ismail, Uba Chukwuma, Dosunmu Taiwo, Daniel Joy-Igbo, Yusuf Rafiu, Olawale Marcus, Muyiwa Onikoyi, Shehu Anas, Suleman Saidu, Rasheed Wasiu Bolaji, Adigun Sodiq, Sunday Okoro, Akiniran Oyetakin, Ogidi Isah, Ibrahim Adesanya y Faruk Abdulquadri también están detenidos sin juicio en la prisión de seguridad media de Kirikiri, en Lagos, desde 2020.
Las autoridades nigerianas han intentado justificar la continuidad de la detención de manifestantes de #EndSARS recurriendo a cargos falsos como robo, incendio intencionado, posesión ilegal de armas de fuego y asesinato.
Otras 21 personas que se manifestaron en las protestas de #EndSARS estuvieron recluidas en régimen de incomunicación durante 15 meses en el Servicio Penitenciario de Afaraukwu, en Umuahia (estado de Abia), por participar en las protestas. El viernes 4 de febrero de 2022 quedaron en libertad sin cargos tras una intervención de Amnistía Internacional.
“Nos llevaron a su sala de tortura uno tras otro”
Muchos manifestantes de #EndSARS dijeron a Amnistía Internacional que habían sufrido tortura bajo custodia. Los abusos policiales tuvieron lugar en centros de detención, comisarías de policía y otras instalaciones de privación de libertad y en el interior de vehículos policiales. Varios casos constituyen tortura y otros malos tratos.
Una persona que participó en las protestas contó a Amnistía Internacional: “En Umuahia, en el Departamento de Investigación Criminal (CID), nos llevaron a su sala de tortura uno tras otro. Cuando entré, me ataron las manos a las rejas de hierro de la ventana para que no pudiera resistirme, y después comenzaron a azotarme en el tobillo con una vara, y también en la rodilla”.
El manifestante añadió: “Como no había hecho nada, mantuve mi inocencia mientras me torturaban. Me acordé de mi difunta esposa y me enojé. Les dije que prefería que me mataran antes que admitir algo que no había hecho. Entonces aquel hombre dijo que me dejarían salir, pero cuando lo hicieron no podía caminar, así que me caí y los agentes me sacaron a rastras de la sala. Entonces llevaron a otra persona a la sala de tortura. En el proceso de torturarnos, mataron a uno de los manifestantes que habían llevado con nosotros desde la comisaría de policía de Eziama”.
Un estudiante de 21 años del Politécnico del Estado de Abia, uno de los más de 20 manifestantes detenidos el 20 de octubre de 2020 en Waterside, Ogbor Hill (estado de Abia), dijo a Amnistía Internacional:
“Cuando llegué al Departamento de Investigación Criminal, comenzaron a preguntarnos por qué protestábamos contra la policía. Algunos de nosotros dijimos que luchábamos por nuestros derechos. Entonces la policía dijo que nos matarían por salir a protestar. Nos quitaron la ropa [...] y comenzaron a azotarnos. Todavía tengo algunas de las heridas que sufrí, todavía me duelen. Nos azotaban en todas partes. Yo incliné la cabeza para protegerme los ojos. Sufrimos allí.”
“Me quitaron la camisa y me vendaron los ojos con ella”, añadió el estudiante. “Cuando llegamos a la comisaría de policía de Eziama, me preguntaron la edad. Les dije que tenía 16 años, aunque entonces tenía 15. Me abofetearon dos veces y me golpearon con por unirme a la protesta. Después dijeron que me pondrían en una celda aparte. Nos mantuvieron en la celda y nos sacaron al día siguiente para golpearnos de nuevo.”
Muchas de las personas entrevistadas dijeron que habían tenido problemas de salud como consecuencia de la tortura que habían sufrido y de las condiciones inhumanas en las que estuvieron detenidas. Todas las personas detenidas a las que entrevistó Amnistía Internacional dijeron que las autoridades no les habían devuelto sus teléfonos, dinero en efectivo y otros objetos de valor que les quitaron después de las protestas.
Las comisiones de investigación no hacen justicia a las víctimas
Las comisiones de investigación establecidas para investigar la brutalidad policial han adolecido de prolongados aplazamientos, intimidación de testigos por abogados de la policía e incomparecencia de agentes policiales como testigos, según informes de observadores verificados por Amnistía Internacional. En algunos estados, las comisiones ni siquiera han sido convocados, y otros han optado por postergar sus actividades indefinidamente.
“Las autoridades deben poner fin a la represión de protestas pacíficas e investigar de forma inmediata, exhaustiva, imparcial y transparente los casos de ataques contra protestas pacíficas y poner a disposición de la justicia a los presuntos autores de esos hechos.
La falta de avances en estas comisiones de investigación sobre #EndSARS es desalentadora y pone al descubierto la falta de compromiso de las autoridades en lo relativo a garantizar a justicia para las víctimas de brutalidad policial en Nigeria”, ha afirmado Osai Ojigho.
“Todas las personas detenidas por participar en estas protestas deben ser puestas en libertad inmediata e incondicional. Las autoridades nigerianas deben respetar, proteger, promover y hacer efectivo con urgencia el derecho de protesta pacífica, lo que incluye ordenar públicamente a los organismos de seguridad y encargados de hacer cumplir la ley que dejen de vulnerar el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica. Las autoridades también deben garantizar el acceso de las víctimas de brutalidad policial y sus familias a la justicia y a recursos efectivos, incluida una indemnización adecuada, y garantías de no repetición.”