“La diversidad en los contenidos de radio, televisión y diversas plataformas es fundamental para que todas las personas puedan disfrutar su sexualidad e identidad con orgullo y en libertad. Mostrar las muchas formas de vincularnos es necesario para una profunda y respetuosa transformación social. La discriminación sistemática y estructural tiene un severo impacto en la salud y en el efectivo acceso al derecho a la educación, al trabajo, así como a la participación libre e igualitaria en el espacio público”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Los hechos
En enero, Franco Torchia, periodista y referente del movimiento LGBTI+, denunció a Canal 9 y a la productora Kapow por discriminación por orientación sexual e identidad y expresión de género ante el INADI y la Defensoría del Público de la Nación.
Torchia co-conducía “Flechazo. Amor oculto” cuyo último capítulo se emitió este viernes 3 de marzo. El programa ayudaba a armar parejas entre personas, pero solo fomentaba las heterosexuales, es decir las conformadas por varones y mujeres cis. De este modo quedaban excluidas personas travestis, trans, no binarias, lesbianas, gays y bisexuales.
El hecho de no visibilizar la diversidad tiene un profundo impacto en el derecho a la representación y a la comunicación y refuerza estereotipos de género y sexualidad nocivos, en desconocimiento de la responsabilidad de las empresas y medios de comunicación en materia de derechos humanos.
Derecho internacional de los derechos humanos
Recientemente, el Experto Independiente sobre la protección contra la violencia y la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género (SOGI), de Naciones Unidas, destacó la necesidad de abordar las representaciones negativas y/o estereotipadas de lesbianas, gays, bisexuales, trans y personas de género no conforme en los medios de comunicación, y animar a los medios a desempeñar un papel positivo en la lucha contra el estigma, los prejuicios y la discriminación.
En este sentido, el Estado argentino ha impulsado normas y políticas públicas comprometidas con la igualdad de género y la erradicación de la discriminación hacia las personas LGBTI+, muchas veces pioneras en el mundo y la región, incluida la ley de contenidos audiovisuales, que entre sus objetivos dispone el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado de género, evitando toda discriminación por género u orientación sexual, en consonancia con demás compromisos asumidos. Sin embargo, aún quedan deudas pendientes.
Así, en un contexto en el cual hay una escalada de ataques, agresiones y discursos que incitan al odio, los medios de comunicación y el Estado tienen la responsabilidad de enviar un mensaje claro a la población en torno a la celebración y el respeto de los derechos humanos de todas las personas. Más aún cuando en 2022, el Observatorio de Crímenes de odio a las personas LGBTI+ registró 129 crímenes motivados por la discriminación por orientación sexual o identidad de género, de los cuales 89 terminaron con la muerte de una persona. La mayoría de las víctimas de los ataques fueron personas trans y travestis.