Ante la condena a tres años de prisión impuesta hoy al abogado chino de derechos humanos Chang Weiping por “subversión del poder del Estado” en el Centro de Detención Comarcal de Feng (provincia de Shaanxi), la directora del Equipo de China de Amnistía Internacional, Sarah Brooks, ha declarado:
“Es un escándalo que Chang Weiping sea encarcelado sólo por denunciar las torturas que dice que le infligió la policía.
“Fue declarado culpable en un juicio a puerta cerrada al que se impidió asistir incluso a su esposa, y durante todo el tiempo que lleva bajo custodia se le niega acceso periódico a su abogado.
“Chang sigue corriendo riesgo de sufrir tortura y otros malos tratos en prisión y preocupa enormemente su bienestar físico y mental debido al aislamiento y los malos tratos a los que ha sido sometido. El espantoso trato que le infligen las autoridades chinas se ha extendido incluso a su familia que, según noticias, es objeto de intimidación y hostigamiento para que deje de denunciar la situación de Chang.
“Chang Weiping es un defensor dedicado de los derechos humanos que está encarcelado sólo por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Debe ser puesto en libertad de inmediato.”
Información complementaria
Chang Weiping ha sido condenado hoy a tres años y seis meses de prisión por “subversión del poder del Estado” en el Centro de Detención Comarcal de Feng (provincia de Shaanxi), tras denunciar públicamente las torturas a las que, según afirma, fue sometido durante su reclusión en enero de 2020.
Chang es un abogado de derechos humanos de la ciudad de Baoji (provincia de Shaanxi) conocido por su labor de defensa de personas discriminadas debido a su estado de salud, su identidad de género o su orientación sexual. En enero de 2020 estuvo detenido 10 días tras asistir a una reunión informal y privada con otras personas activistas de derechos humanos en la ciudad de Xiamen en diciembre de 2019. En enero de 2020, las autoridades también le retiraron la licencia para ejercer la abogacía.
Diez meses después de ser puesto en libertad, Chang publicó un vídeo en YouTube donde explicaba cómo había sido torturado durante el tiempo en que estuvo recluido. Dijo que la policía lo había mantenido atado 24 horas a un dispositivo restrictivo denominado “la silla del tigre” y lo había interrogado 16 veces en 10 días. También denunció que había estado sometido a estrecha vigilancia tras quedar en libertad en enero de 2020.
Seis días después de publicar el vídeo, el 22 de octubre de 2020, las autoridades lo detuvieron de nuevo. Inicialmente fue puesto bajo “vigilancia domiciliaria en un lugar designado”, medida que en determinadas circunstancias permite a los responsables de una investigación penal retener a personas hasta seis meses al margen del sistema de detención formal, lo que puede equivaler a detención secreta en régimen de incomunicación.
El 16 de abril de 2021, la familia de Chang fue avisada de que había sido acusado formalmente de “subversión del poder del Estado”. Sólo entonces le permitieron ver a su abogado, después de casi un año en régimen de incomunicación. Durante el tiempo que lleva recluido, las autoridades han rechazado arbitrariamente las solicitudes de su abogado y de su familia para visitarlo.
Chang fue declarado culpable de “subversión del poder del Estado“ en un juicio celebrado a puerta cerrada en el Tribunal Popular Comarcal de Feng (Shaanxi) el 26 de julio de 2022.
Mientras tanto, su padre, su madre y otros familiares suyos están sometidos a vigilancia e intimidación continuos y han denunciado que los siguen cada vez que salen de casa, que les han confiscado los teléfonos y que la policía interroga a quienes los visitan. La esposa de Chang ha dicho que las autoridades la amenazaron con la posibilidad de perder su trabajo si seguía hablando sobre su caso.