Declaración conjunta pide más ayuda humanitaria, solidaridad, atención a la crisis
Nueva York, 13 de septiembre de 2023 - “La comunidad internacional debería movilizarse para abordar el desastre que está teniendo lugar ‘delante de nuestros ojos’”, han declarado hoy Tirana Hassan, directora ejecutiva de Human Rights Watch y los líderes y las lideresas de más de 50 organizaciones internacionales humanitarias y de derechos humanos. Su declaración señala que Sudán “ya no está al borde del precipicio de las atrocidades masivas, sino que ha caído en él”.
Casi cinco meses después de que estallaran los combates en Jartum, la capital, el conflicto, plagado de abusos contra los derechos humanos, se ha extendido a Darfur y a los estados de Kordofán del Sur y Nilo Azul. La violencia sexual está aumentando, la población civil sufre ataques generalizados, deliberados e indiscriminados, y se silencia a periodistas y a quienes defienden los derechos humanos. Y, no obstante, el Consejo de Seguridad de la ONU, que tiene a Sudán en la agenda desde hace decenios, aún no ha aprobado ni una sola resolución de fondo que lidie con la crisis en curso.
“El Consejo de Seguridad de la ONU debería pasar de las palabras a la acción e iniciar negociaciones para aprobar una resolución que cuestione el clima de impunidad, reitere que el derecho internacional exige proporcionar acceso seguro y sin trabas a la ayuda humanitaria, y redirija los esfuerzos internacionales a proteger mejor a las personas más vulnerables de Sudán”, afirman los líderes y las lideresas en su declaración conjunta.
El llamamiento, que estos destacados dirigentes califican de intento de “hacer sonar la alarma”, se ha dado a conocer el 13 de septiembre para hacerlo coincidir con una reunión del Consejo de Seguridad sobre la situación de Sudán. La declaración advierte de que “los costes de la inacción son crecientes” y sus firmantes se comprometen a trabajar conjuntamente para pedir “más ayuda humanitaria para la población civil de Sudán, más solidaridad con ésta y más atención a sus necesidades”.
Dentro del país, más de 20 millones de personas —el 42% de la población— sufren una inseguridad alimentaria aguda y 6 millones están a un solo paso de la hambruna. Al menos 498 niños y niñas han muerto de hambre. Se ha abierto fuego contra clínicas y profesionales de la medicina en todo el país, lo que ha dejado fuera de servicio al 80% de los principales hospitales. Desde abril, cuando comenzaron las hostilidades abiertas en Jartum, más de 5 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas y cientos de miles más podrían tener que unirse a ellas.
Comentarios de dirigentes que apoyan la declaración:
“Ante las crecientes atrocidades en Sudán, el Consejo de Seguridad ha desatendido su responsabilidad de responder con firmeza”, dijo Tirana Hassan, directora ejecutiva de Human Rights Watch. “El principal organismo mundial responsable de la paz y la seguridad internacionales no debería guardar silencio ante graves crímenes de derecho internacional”.
“En los últimos meses, hemos visto los campos de personas refugiadas donde trabajamos en Chad llenarse de personas obligadas a abandonar sus hogares”, afirmó Mark Hetfield, presidente y consejero delegado de la organización de protección de la población refugiada HIAS. “Las personas que vienen de Darfur llegan hambrientas, heridas y traumatizadas. Necesitan asistencia y protección urgentes, pero también necesitan que el mundo se movilice para poner fin a la violencia selectiva que está causando tantas muertes, devastación y desplazamiento en Sudán”.
“Después de Ruanda, el mundo prometió que nunca volveríamos a permitir que se cometieran genocidios y otras atrocidades masivas en el continente africano”, declaró Niemat Ahmadi, presidenta y fundadora del Grupo de Acción de Mujeres de Darfur. “Después, en 2003, Darfur conmocionó al mundo. Pero, a pesar de la indignación global, no se llevó nunca a los máximos responsables ante la justicia. Es sobrecogedor volver a ver las mismas constantes. Esta vez, este tipo de crímenes internacionales no deben quedar impunes.”
“La población civil de Sudán está atrapada en un ciclo interminable de muerte y destrucción en el que la violencia ha causado la pérdida de innumerables vidas en los últimos cinco meses”, dijo Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. “El Consejo de Seguridad no puede seguir mirando hacia otro lado: debe exigir un aumento significativo de la ayuda humanitaria para Sudán y ampliar el embargo de armas vigente a todo Sudán y garantizar su cumplimiento.”