El último naufragio de un bacro con refugiados y migrantes en el Mediterráneo, es una tragedia creada por el hombre que podría haberse evitado perfectamente.
La embarcación, que naufragó ayer frente a las costas de Libia, había enviado un mensaje de socorro al Centro Coordinador de Salvamento Marítimo (CCS) de Roma, que pidió a un mercante portugués que atendiera la llamada.
“Estamos asistiendo en el Mediterráneo a una tragedia creada por el hombre de terrible magnitud. Estas últimas muertes en el mar conmocionan, pero no sorprenden”, dijo Amnistía Internacional. “Los barcos mercantes y sus tripulaciones han intentado valientemente cubrir el vacío producido por la carencia crónica de equipos especializados de búsqueda y salvamento, pero no están diseñados, equipados ni entrenados para realizar tareas de salvamento marítimo. Es hora de que los gobiernos europeos se enfrenten a su responsabilidad y creen urgentemente una operación humanitaria multinacional concertada para salvar vidas en el mar.”
El 28 de abril, Amnistía Internacional presentará un nuevo informe que ofrece un análisis en profundidad de la actual crisis e incluye testimonios directos de sobreivientes de naufragios en el primer trimestre de 2015. El informe explica con detalle las carencias de las actuales operaciones de búsqueda y rescate frente a lo que sería necesario para abordar la actual crisis humanitaria en el Mediterráneo.