Dos décadas de progresos conseguidos con gran esfuerzo por las mujeres y las niñas de Afganistán corren grave riesgo de verse desmantelados, ha afirmado Amnistía Internacional, en una
declaración en la que destaca la escasa participación de las mujeres en las conversaciones de paz y los importantes avances en materia de derechos de la mujer que ahora se ven amenazados.
Mientras las tropas internacionales siguen abandonando el país antes de su retirada total el 11 de septiembre, y con las conversaciones entre el gobierno afgano y los talibanes en un punto muerto, las expectativas de las mujeres y niñas de Afganistán se encuentran en un momento crítico. Todavía no se ha confirmado una nueva fecha para una ronda de conversaciones de paz de alto nivel en Estambul, aplazada desde abril.
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Afganistán se encuentra en un momento crítico. Mientras las conversaciones de paz se tambalean, el conflicto sigue cobrándose la vida de civiles casi a diario. Además, ante la próxima retirada de las tropas internacionales, Afganistán se encamina hacia un desenlace que amenaza con desmantelar más de veinte años de progreso para las mujeres y las niñas”, ha declarado Yamini Mishra, directora regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.
Estas negociaciones marcarán el futuro de las mujeres y las niñas en Afganistán y sus voces deben ser escuchadas.
Yamini Mishra, directora regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional
“Ahora es el momento de que el gobierno afgano y sus socios internacionales se comprometan de forma inequívoca y trabajen para garantizar que los derechos de las mujeres y los logros de dos décadas no se vean sacrificados en las conversaciones de paz con los talibanes”.
Bajo el régimen talibán, entre 1996 y 2001, las mujeres afganas estaban sometidas a severas restricciones, como la prohibición de trabajar fuera de casa y de aparecer en público sin un pariente masculino cercano. A las mujeres y las niñas se les negaba además el acceso a la educación y tenían un acceso limitado a la atención sanitaria. Estas restricciones siguen aplicándose sistemáticamente a las mujeres en las zonas actualmente controladas por los talibanes.
Aunque queda mucho por hacer, los derechos de las mujeres han mejorado considerablemente desde 2001. Actualmente hay 3,3 millones de niñas recibiendo educación, y las mujeres participan más activamente en la vida política, económica y social del país. A pesar del conflicto en curso, mujeres afganas se han convertido en abogadas, médicas, juezas, profesoras, ingenieras, atletas, activistas, políticas, periodistas, burócratas, empresarias, agentes de policía y miembros del ejército.
Sin embargo, las mujeres afganas siguen enfrentándose a grandes obstáculos para la plena realización de sus derechos. La violencia contra las mujeres está muy extendida, la participación de las mujeres sigue siendo limitada en todos los niveles de gobierno y, según UNICEF, 2,2 millones de niñas afganas continúan sin ir a la escuela.
En las actuales conversaciones de paz, que se iniciaron en septiembre de 2020, el equipo negociador del gobierno afgano, compuesto por 21 miembros, sólo incluía a cuatro mujeres, mientras que en la delegación talibán no había ninguna. En la conferencia de paz sobre Afganistán celebrada en marzo en Moscú, sólo había una mujer en la delegación gubernamental de 16 miembros.
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La escasa representación y la frecuente marginación de las mujeres en estas conversaciones es un indicio de lo mucho que queda por hacer. Estas negociaciones marcarán el futuro de las mujeres y las niñas en Afganistán y sus voces deben ser escuchadas. El gobierno afgano debe garantizar una participación inclusiva y significativa de las mujeres en las conversaciones”, concluyó Yamini Mishra.