DECLARACIÓN
Ante la muerte de al menos 6 personas y las heridas sufridas por otras 11, entre las que había menores, tras la explosión hoy de bombas en escuelas en comunidades predominantemente chiíes de etnia hazara de Kabul, Samira Hamidi, responsable de campañas de Amnistía Internacional para Asia meridional, ha declarado:
“Estos condenables ataques a escuelas ponen de manifiesto la violencia que el pueblo afgano sigue sufriendo en su vida cotidiana. También demuestran que los talibanes, como autoridades de facto, no protegen del daño a la población civil, especialmente a las personas de grupos étnicos y religiosos minoritarios.
Esta trágica pérdida de vidas es totalmente injustificable y debe ser condenada.
Samira Hamidi, responsable de campañas de Amnistía Internacional para Asia Meridional
“Es esencial que las autoridades de facto lleven a cabo una investigación exhaustiva sobre los atentados, que debe ser realizada en consonancia con el derecho y las normas internacionales. Los presuntos responsables penales de estos despiadados atentados deben responder ante la justicia en juicios justos ante tribunales civiles ordinarios y sin recurso a la pena de muerte.
“Asimismo, Amnistía Internacional condena enérgicamente el uso de la violencia tras las explosiones por parte de los talibanes, que trataban de impedir que los medios de comunicación informaran del incidente. Los profesionales del periodismo afganos deben poder llevar a cabo su trabajo sin temor a represalias”.
Información complementaria:
Hoy, una serie de explosiones de bomba en la escuela secundaria Abdul Rahim Shaheed y cerca del Centro Educativo Mumtaz, ubicados ambos dentro del barrio predominantemente chií hazara de Dasht-e-Barchi, en Kabul occidental, causó la muerte de 6 personas y heridas al menos a otras 11.
Según informaciones de prensa, es probable que la cifra de personas fallecidas aumente.
Amnistía Internacional ha documentado con anterioridad el homicidio selectivo de personas de la comunidad de etnia hazara tras la toma del poder de los talibanes en Afganistán en 2021.