La principal agencia de inteligencia de Afganistán debe poner en libertad de inmediato a dos defensores de los derechos humanos a los que detuvo después de que sacaran a la luz presuntos abusos sexuales cometidos contra menores, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
Musa Mahmudi y Ehsanullah Hamidi, dos conocidos defensores de los derechos humanos de la provincia de Logar, fueron detenidos arbitrariamente por la Dirección Nacional de Seguridad el 21 de noviembre de 2019, cuando acudían a una reunión con el embajador de la Unión Europea en Kabul.
Los dos defensores de los derechos humanos comenzaron a recibir amenazas en Facebook, incluso de autoridades locales de Logar, tras conceder entrevistas a The Guardian y a la agencia afgana TOLO News sobre la existencia de una red de pederastia en la región. Musa Mahmudi y Ehsanullah Hamidi revelaron la existencia de más de un centenar de vídeos de los presuntos abusos. Según The Guardian, algunas de las víctimas de estos abusos han sido asesinadas.
“La Dirección Nacional de Seguridad de Afganistán debe poner en libertad de inmediato a estos defensores de los derechos humanos, que corren peligro de sufrir tortura y otros malos tratos mientras estén bajo su custodia. En lugar de castigarlos por denunciar estos terribles delitos, las autoridades deberían felicitarlos por su trabajo y exigir cuentas a los presuntos autores en juicios con garantías y en los que no se recurra a la pena de muerte”, ha dicho Samira Hamidi, responsable de campañas para Asia Meridional de Amnistía Internacional.
“Éste es otro caso más en que las autoridades ponen en el punto de mira los defensores y defensoras de los derechos humanos por realizar su importante trabajo. Musa Mahmudi y Ehsanullah Hamidi se enfrentan a amenazas de agentes estatales y no estatales, y las condiciones en las que actúan son de las más peligrosas del mundo. Hay impunidad para los ataques contra estos valientes defensores, que cuentan con poca o ninguna protección.”
El día anterior a su desaparición, Musa Mahmudi dijo a otro defensor de los derechos humanos que temía por su seguridad y que la Dirección Nacional de Seguridad pensaba detenerlo. Además, le dijo que le preocupaba estar bajo vigilancia, y que también había recibido amenazas de muerte acusándolo de “deshonrar a la gente de Logar”.
En agosto de 2019, Amnistía Internacional publicó un informe titulado“Defenceless Defenders: Attacks on Afghanistan’s Human Rights Community” (Defensores sin defensa: Ataques contra la comunidad de los Derechos humanos de Afganistán) en el que la organización explicaba que el gobierno afgano ha persistido en no investigar los ataques contra los defensores y defensoras de los derechos humanos—en ocasiones acusándolos de “inventarse” sus denuncias— y ha declinado ofrecerles protección, diciéndoles que vayan armados.
“Los persistentes ataques contra defensores y defensoras de los derechos humanos ponen de relieve la urgente necesidad de que el gobierno afgano establezca un mecanismo de protección. La comunidad internacional también juega un papel muy importante en este sentido. Hace tiempo que alaba la valentía de los defensores y defensoras de los derechos humanos afganos, pero no respalda sus palabras con actos. Es hora de que reconozca sus logros, los apoye eficazmente y presione al gobierno afgano para que respete, proteja y apoye a los defensores y defensoras de los derechos humanos”, ha declarado Samira Hamidi.