Este viernes, 28 de mayo, se conmemora el 60 aniversario desde que el abogado británico Peter Benenson, inspirado por el caso de dos estudiantes portugueses que habían sido encarcelados por brindar por la libertad, hizo un llamamiento para liberar a los presos y presas de conciencia, que se publicó en el diario británico The Observer y en otros periódicos de todo el mundo, lo que marcó el inicio de la andadura de Amnistía Internacional. La organización, con raíces sólidas y en constante adaptación a los cambios, cumple sesenta años poniendo al poder contra las cuerdas y luchando por los derechos humanos: desde la liberación de presos de conciencia a la lucha por una vacuna accesible y asequible en la pandemia, o contra el reconocimiento facial.
Desde el inicio de su recorrido, miles de personas encarceladas por sus creencias o su forma de vida han sido liberadas, decenas de países han puesto fin a la pena de muerte y se ha producido la rendición de cuentas de líderes que eran intocables. Pero el trabajo de la organización de defensa de los derechos humanos, que cuenta actualmente con más de 10 millones de socios y socias, continúa siendo necesario.
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Cumplimos 60 años en medio de una pandemia que ha puesto al descubierto, más que nunca, las consecuencias de unas políticas de austeridad que han debilitado las infraestructuras y los sistemas de salud públicos y de protección social. Una pandemia que ha evidenciado cómo sigue en pie un legado de racismo, xenofobia y patriarcado, mientras la cooperación internacional se muestra cada vez más frágil. Pero que también ha dejado ver la importancia de la determinación de la gente por defender sus derechos y exigir una recuperación justa y equitativa a esta emergencia", señala Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. "Seguimos siendo un movimiento necesario para denunciar los abusos de poder, exigir la rendición de cuentas y poner los derechos humanos en el centro de todas las decisiones", añade.
En sus 60 años de vida, Amnistía Internacional ha contribuido a grandes avances globales en materia de derechos humanos, como la abolición de la pena de muerte en 108 países; la adopción, en 1984 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; el establecimiento de la Corte Penal Internacional en 2002; o el Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas en 2014, entre otros.
También su trabajo ha tenido amplio impacto en las vidas de miles de personas en todo el mundo. Un ejemplo de ello fue la excarcelación de
Teodora del Carmen Vásquez, quien, tras pasar 10 años entre rejas en el Salvador como consecuencia de haber sufrido una emergencia obstétrica por la que la acusaron y declararon culpable de abortar, ilegal en el país, quedó en libertad al reducirle un tribunal la indignante pena de 30 años de prisión que le había sido impuesta, tras las protestas de Amnistía Internacional y otras organizaciones. O la victoria obtenida tras años de presión por parte de AI, contra la filial nigeriana de
Shell que en 2015 anuncia el pago de 55 millones de libras esterlinas en concepto de indemnización a 15.600 campesinos y pescadores de Bodo, Nigeria, cuyas vidas se habían visto truncadas por dos grandes vertidos de petróleo de Shell en 2008. También lo fue la detención de un oficial de alta graduación de la fuerza policial de carabineros de
Chile, identificado por su nombre en clave, G-3, acusado formalmente dos meses después de que AI publicara información que lo señalaba como responsable de haber dejado ciego al estudiante Gustavo Gatica en las manifestaciones de 2019 empañadas por el uso ilegítimo de la fuerza que hizo la policía. Otro ejemplo para destacar es el del abogado de derechos humanos chino,
Wang Quangzhang, quien fue liberado en 2020 después de una intensa campaña de AI, tras pasar cuatro años y medio en prisión por destapar la corrupción y las violaciones de derechos humanos.
En
España, uno de los logros a los que Amnistía Internacional ha contribuido ha sido la aprobación, en 2004, de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que supuso grandes avances, no solo en la protección de las mujeres si no que también ayudó a generar cambios en la opinión pública y mejoró la formación a profesionales de distintos sectores. Asimismo, también fue un gran logro la ratificación por parte de España del Convenio Estambul, así como el proyecto de ley, pendiente de aprobación, que tiene por objetivo definir como violación el sexo sin consentimiento de conformidad con las normas internacionales de derechos humanos.
“Nos encontramos en un momento histórico en el que es más importante que nunca combatir los discursos del odio que insisten en que solo es posible avanzar bajo la estrategia del ‘nosotros contra ellos’. Esto es falso. La polarización y la demonización del otro, tan presente en el debate político y público, tanto en España como en otros países, se puede superar si nos convencemos de que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa. Solo cuando todas las personas disfruten de libertad, justicia, dignidad y protección, y no sufran violencia, discriminación, hostigamientos o abusos de poder estaremos verdaderamente a salvo”, declara el director de Amnistía Internacional.
Para la celebración de este aniversario, la Sección española de Amnistía Internacional ha contado con la colaboración del popular artista Óscar Alonso, más conocido como
72kilos, que ha creado una ilustración bajo el lema "Esa humanidad que compartimos". Para el director de Amnistía Internacional, ése es el verdadero mensaje de este aniversario: ”Todas las personas llevamos dentro el poder de la humanidad para combatir las injusticias” señala Beltrán.
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Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 10 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que trabaja por una humanidad más justa y libre, defendiendo los derechos humanos en todo el mundo. Es una organización independiente de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso, y su trabajo se basa en la investigación y el activismo. En 1977, Amnistía Internacional ganó el Premio Nobel de la Paz por “haber contribuido a afianzar la libertad, la justicia y, con ello, también la paz en el mundo”, notable homenaje al duro trabajo y la determinación de sus simpatizantes de todo el mundo.
En España, cerca de un medio millón de ciberactivistas colaboran asiduamente firmando las peticiones a Gobiernos, autoridades o empresas a través de su
página web, y más de seiscientas mil personas conforman la comunidad de AI en las redes sociales. La organización cuenta con más de 93.000 socios y socias, y más de 2.700 activistas repartidos en su mayor parte en 124 agrupaciones locales o autonómicas.