Amnistía Internacional solicita al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne mañana, que adopte medidas concretas e inmediatas para poner fin a las violaciones de derechos humanos generadas por los dirigentes militares de Myanmar y evitar que vuelvan a cometerse, además de asegurar que los responsables de las violaciones a los derechos humanos rindan cuentas por sus actos.
En las primeras horas del 1 de febrero de 2021, cuando el nuevo Parlamento de Myanmar debía celebrar su primera sesión tras ser elegido en las elecciones de noviembre de 2020, los militares de Myanmar tomaron el poder y reprimieron de forma inmediata los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión.
Decenas de personas, entre ellas la Consejera de Estado Aung San Suu Kyi y el presidente Win Myint, fueron detenidas. Hoy, los arrestos se han extendido en todo el país, incluyendo autoridades de minorías étnicas, activistas y defensores y defensoras de los derechos humanos. Ante esta situación, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió una declaración el 4 de febrero en la que pidió la liberación inmediata de todas las personas detenidas por las autoridades militares y subrayó la necesidad de que se respeten plenamente los derechos humanos, las libertades fundamentales y el Estado de derecho.
Dada la importancia y la urgencia de la situación, el 8 de febrero, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunció que celebrará mañana una sesión especial sobre "las implicaciones para los derechos humanos de la crisis en Myanmar". La decisión de convocar una sesión especial se tomó tras una petición conjunta del Reino Unido y la Unión Europea, que fue apoyada por 47 Estados, incluyendo a Argentina.
“Es fundamental que la comunidad internacional utilice todos los instrumentos que estén a su alcance para responder al ataque de las fuerzas armadas de Myanmar contra los derechos humanos. Entre los dirigentes militares de Myanmar hay autores de crímenes de derecho internacional, y no se puede permitir que aterroricen al país sin control. La comunidad internacional debe hacer su máximo esfuerzo para evitar nuevos abusos y defender a todas las personas que salieron a la calle para protestar pacíficamente en Myanmar”, afirmó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Amnistía Internacional había realizado junto con otras 12 organizaciones de derechos humanos un llamamiento conjunto para instar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a convocar esta sesión especial. Es fundamental que el Consejo de Derechos Humanos utilice este espacio para tomar medidas rápidas necesarias para garantizar un seguimiento urgente de la situación de los derechos humanos en Myanmar.
“Puntualmente, los Estados parte del Consejo, incluyendo Argentina, deben esforzarse para obtener un resultado significativo de la sesión especial sobre Myanmar, que incluya mejoras en el monitoreo y en la presentación de informes relativos a la situación de los derechos humanos, así como medidas concretas para impedir violaciones de derechos en el futuro”, agregó Mariela Belski.
Uso de metralletas contra manifestantes pacíficos
Durante esta semana, decenas de miles de personas salieron a las calles en muchas ciudades de Myanmar para protestar pacíficamente en el país. Las fuerzas de seguridad respondieron con munición real, balas de goma, gas lacrimógeno y cañones de agua para intentar dispersar las protestas.
Pese a que los dirigentes militares lo niegan, el Evidence Lab del Programa de Respuesta a la Crisis de Amnistía Internacional confirmó que una joven recibió un disparo en el cabeza efectuado por las fuerzas de seguridad de Myanmar durante las protestas. Las imágenes verificadas muestran cómo la policía usó fuerza letal contra los manifestantes, sin ningún respeto hacia su vida o su seguridad.