Por Julio Blanck
Abogada por la Universidad de Buenos Aires, especializada en Derecho Administrativo, con maestrías y posgrados en Derechos Humanos, Derecho Constitucional y Procesos de Democratización en las universidades de Essex, en el Reino Unido, de Palermo y de Chile, Mariela Belski fue docente universitaria y consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y de la UNESCO.
Trabajó como asesora legal tanto en el Gobierno nacional como en el porteño. Tuvo responsabilidades de conducción en la ONG Asociación por los Derechos Civiles. Y desde septiembre de 2011 se desempeña como directora ejecutiva de Amnistía Internacional en la Argentina.
Se trata de un movimiento global presente en más de 150 países, con 7 millones de adherentes. Fue fundado hace 66 años, tiene sede central en Londres y su objetivo es la protección de los Derechos Humanos.
—Con lo que se conoce hasta ahora del caso de Santiago Maldonado, ¿puede decir que se encuadra como desaparición forzada?
—Sí.
—¿Motivo?
—Lo dice la causa. Lo caratuló así la fiscal. Y es una discusión semántica. Realmente poner el acento en eso hoy me parece que no tiene ningún tipo de sentido, es desviar la atención de encontrar a Santiago Maldonado.
—Hoy escuchaba alguna gente más o menos experta del lado del Gobierno que decía que solamente en la Argentina se discute el nombre de la carátula...
—Totalmente.
—¿Usted ve intención de encubrimiento por parte del Gobierno en este caso, al día de hoy?
—No. Lo que sí veo es que actuaron incorrectamente, que subestimaron el tema, que llegaron tarde, que tuvieron una capacidad de reacción tarde, y que se les fue de las manos. Y creo que uno de los grandes errores fue que ningún miembro de ningún ministerio, y empezando por el presidente, haya tenido la deferencia de llamar a la familia, en primer lugar, a ver cómo estaba y charlar un poco con ellos.
—El uso político, que es muy notorio, por parte del kirchnerismo, por parte de algunos organismos de Derechos Humanos, ¿ayuda o dificulta esclarecer el fondo de la cuestión que es qué paso con Maldonado?
—Dificulta, absolutamente. Creo que la familia se encontró con una situación que no esperaba. Están desbordados, reciben ayuda de diferentes lados. Muchos son genuinos y muchas de esas ofertas de ayuda son utilización política. Lo único que ellos quieren es que aparezca el hermano con vida y ellos obviamente, por dar un ejemplo, se sienten muy apoyados por Abuelas de Plaza de Mayo. Pero creo que tiene que ver con que se identifican en que son víctimas. Y por ejemplo, Norita Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora) los ha acompañado desde el principio muy genuinamente. Y creo que los une el ser víctimas, y no la política en el caso de Cortiñas, con quien ellos están mucho.
—¿Amnistía está a favor de que expertos internacionales, incluso de las Naciones Unidas, se involucren en esta investigación? ¿O es algo que tienen que resolver las autoridades argentinas?
—Absolutamente a favor. Nos parece que esto es bueno para el gobierno y para la familia. En primer lugar la familia lo pidió, y ellos fueron muy maltratados desde el comienzo.
—¿Por quién?
—Por el Gobierno. La familia fue muy maltratada desde el comienzo por esto que dije antes de que nadie se comunicó. La comunicación que hubo con la familia no fue óptima, me parece que la familia hizo un pedido de tres puntos y básicamente no les dieron casi nada. Y la verdad es que una mirada internacional de este caso sería bueno tanto para la familia, porque lo pidió, y para el gobierno, porque le daría transparencia e independencia. Y como dije que no desconfío que hay encubrimiento del gobierno, no entiendo por qué el gobierno se negaría a que haya una colaboración internacional. La colaboración internacional de Naciones Unidas, del Alto Comisionado (por los Derechos Humanos), no significa intervenir en la investigación judicial. Son cosas diferentes.
—¿Qué significa?
—Significa un monitoreo, una ayuda, una revisión de cómo está yendo la causa, una mirada experta externa. Yo creo que eso dota de mayor transparencia y mayor legitimidad a un caso que está muy intrincado. Y eso le sirve al gobierno y a la familia.
—¿Usted piensa que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner tenían más sensibilidad y más interés por el tema de Derechos Humanos que el gobierno de Macri?
—Yo creo que los gobiernos de Néstor y Cristina hicieron algunas cuestiones bien. Generaron algunas muy buenas políticas vinculadas a temas de Derechos Humanos, y desatendieron muchos temas de Derechos Humanos como el tema indígenas, por ejemplo, como el tema género. Tuvimos una mujer presidenta que nunca habló del aborto, o nunca habló de los derechos sexuales y reproductivos. Y creo que a la causa de Derechos Humanos la complicó un poco porque se generó un discurso de Derechos Humanos como un lema de campaña, que hoy hace que probablemente este gobierno ponga los Derechos Humanos en el lugar en el que está puesto, que para mi es un error.
Publicado en Clarín