Las autoridades saudíes deben liberar de inmediato a las cuatro personas de etnia uigur —entre ellas una niña de 13 años y su madre— que corren grave peligro de ser enviadas a represivos campos de internamiento si son devueltas a China; así lo ha afirmado hoy Amnistía ante el temor de que el plan de deportar al grupo ya esté en marcha.
Buheliqiemu Abula y su hija adolescente fueron detenidas el jueves cerca de La Meca e informadas por la policía de que iban a ser deportadas a China junto a dos hombres uigures ya detenidos, según un mensaje recibido por amistades de la mujer.
Buheliqiemu Abula es la exesposa de Nuermaimaiti Ruze, quien, junto con Aimidoula Waili, permanece recluido sin cargos en Arabia Saudí desde noviembre de 2020.
“La expulsión de estas cuatro personas —entre ellas una menor de edad— a China, donde el pueblo uigur y otras minorías étnicas sufren una campaña atroz de internamiento masivo, persecución y tortura, sería una escandalosa violación del derecho internacional”, ha manifestado Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Ahora que aparentemente se acaba el tiempo para salvar a estas cuatro personas uigures de su catastrófica extradición, es fundamental que otros gobiernos que tienen relaciones diplomáticas con Arabia Saudí actúen ya para instar a las autoridades de Riad a cumplir sus obligaciones y detener su deportación.”
El ulema Aimidoula Waili y su amigo Nuermaimaiti Ruze están detenidos sin explicaciones en Arabia Saudí desde noviembre de 2020. Familiares de los dos hombres uigures contaron a Amnistía Internacional el mes pasado que Waili y Ruze habían sido trasladados de Yidda a Riad y viceversa el 16 de marzo, lo que para ellos era señal de su extradición inminente a China.
Los aliados estratégicos de Arabia Saudí, como Estados Unidos y Reino Unido, no deben quedarse impasibles viendo cómo este país incumple a propósito el derecho de los derechos humanos.
Lynn Maalouf
Buheliqiemu Abula pudo mantener contacto regular con su exesposo, Nuermaimaiti Ruze, hasta hace dos semanas. La última vez que recibió una llamada telefónica de él fue el 20 de marzo, cuando le contó que había dicho a las autoridades saudíes que él y Waili “preferían morir allí a ser enviados de vuelta a China”.
Al parecer, Buheliqiemu Abula y su hija también han sido detenidas ahora y están igualmente en peligro de ser deportadas.
Con arreglo al principio de no devolución (non-refoulement) del derecho internacional consuetudinario y como Estado Parte en la Convención de la ONU contra la Tortura, Arabia Saudí tiene la obligación de no devolver ninguna persona a un país donde correría peligro real de sufrir tortura u otro trato o pena cruel, inhumana o degradante, persecución y otras violaciones graves de sus derechos humanos.
“El gobierno saudí debe renunciar a cualquier intento de extraditar a estas cuatro personas uigures a China y ponerlas en libertad de forma inmediata si no va a acusarlas de algún delito internacionalmente reconocible”, ha afirmado Lynn Maalouf.
“Los aliados estratégicos de Arabia Saudí, como Estados Unidos y Reino Unido, no deben quedarse impasibles viendo cómo este país incumple a propósito el derecho de los derechos humanos. La comunidad internacional debe hacer todo lo posible para impedir la extradición ilegal de personas uigures a China.”
En junio de 2021, Amnistía Internacionalpublicó un informeque revelaba que cientos de miles de hombres y mujeres musulmanes de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang son sometidos a detención arbitraria masiva, adoctrinamiento y tortura.
Ese mismo año, Amnistía explicaba en un informe de investigación anterior que los hijos e hijas de las personas recluidas en campos de internamiento a menudo son enviados a “campos de orfandad” del Estado, donde sufren adoctrinamiento y separación de sus progenitores.