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“En un momento de crisis mundial, en el que toda la población brasileña necesita un gobierno que haga frente a la COVID-19 y garantice atención médica a todas las personas, sin dejar a nadie atrás, las alabanzas al régimen militar y las llamadas a su reinstauración han supuesto un revés de dimensiones colosales. Ese régimen dejaría expuesta a la población brasileña a violaciones de derechos humanos fundamentales, consagrados en la Constitución de 1988. No podemos olvidar que durante el régimen militar, agentes del Estado —cuya obligación es proteger a todas las personas, al margen de su filiación política o ideológica— torturaron, violaron, asesinaron, llevaron a cabo desapariciones forzadas y ejercieron la represión política. No es admisible que el presidente Jair Bolsonaro participe en manifestaciones de exaltación del régimen militar, cuando lo que debería hacer es transmitir un ejemplo que garantice los derechos de toda la población brasileña”, afirma Jurema Werneck, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil.