Pese a la absolución del soldado Bradley Manning del cargo más grave, el de “ayudar al enemigo”, la sentencia revela las erróneas prioridades de las autoridades estadounidenses en materia de seguridad nacional, al declararle culpable de varios cargos más, declaró Amnistía Internacional.
La formulación por las autoridades del cargo de “ayudar al enemigo” fue una extralimitación de la ley, y no sólo porque no había pruebas creíbles del intento de Manning de perjudicar a Estados Unidos revelando información clasificada a Wikileaks.Las prioridades del gobierno están al revés. El gobierno estadounidense se ha negado a investigar acusaciones verosímiles de tortura y otros crímenes previstos en el derecho internacional a pesar de las abrumadoras pruebas. Pero decidió juzgar a Manning, que al parecer trataba de hacer lo correcto: revelar pruebas creíbles de la conducta ilegítima del gobierno. A quienes se debe investigar y juzgar es a aquellos que destruyen la credibilidad del gobierno cometiendo actos como la tortura, prohibida en la Constitución de Estados Unidos y en el derecho internacional.
Los cientos de miles de documentos revelados por Manning a Wikileaks incluían videos y expedientes que indicaban posibles violaciones de derechos humanos –incluidas vulneraciones del derecho internacional humanitario– a manos de las tropas estadounidenses en el extranjero y de la CIA, más cerca de Estados Unidos. El tribunal declaró a Manning culpable de varios cargos adicionales, incluidos 10 cargos menores relativos al uso indebido de información clasificada, de los que Manning ya se había declarado culpable.
Cualquier condena que se imponga por los demás cargos deberá tener en cuenta la información sobre la creencia razonable de Manning de que estaba revelando violaciones graves de derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
Se menoscaba la rendición de cuentas cuando el gobierno estadounidense es tan selectivo sobre lo que decide investigar y enjuiciar, dijo Amnistía Internacional. Esto es especialmente cierto cuando parece resuelto a castigar a quienes revelan conductas ilegítimas del gobierno y proteger a quienes participaron en dichas conductas o las ordenaron. Desde los atentados del 11 de septiembre, el gobierno de Estados Unidos usa la cuestión de la seguridad nacional para defender todo un abanico de acciones que son ilegítimas en virtud de las leyes internacionales y las nacionales”, prosiguió Brown. Resulta difícil no llegar a la conclusión de que el juicio de Manning transmitía un mensaje: el gobierno de Estados Unidos te perseguirá, sin cuartel, si estás pensando en revelar pruebas de su conducta ilegítima.