Los Juegos se celebran en medio del empeoramiento en la situación de los derechos humanos.
La comunidad internacional no debe ser cómplice de un lavado de imagen a través del deporte.
El COI debería proteger mejor los derechos de los atletas tras el caso de Peng Shuai.
El mundo debe utilizar la oportunidad que brindan los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno en Pekín para impulsar mejoras en materia de derechos humanos en China, ha dicho Amnistía Internacional ante la celebración de los Juegos el mes que viene.
La capital China acogerá a atletas, funcionarios y diplomáticos de todo el mundo con motivo de los Juegos, que comienzan el 4 de febrero. Pero el acontecimiento deportivo tendrá como telón de fondo las innumerables violaciones de derechos humanos que se cometen en el país.
“Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín prometen ser un espectáculo deportivo memorable, pero su audiencia mundial no puede ignorar deliberadamente lo que ocurre en otras partes de China: hay abogados y activistas encarcelados por su trabajo pacífico; sobrevivientes de agresiones sexuales a quienes se castiga por denunciar; se estima que cada año se ejecuta a miles de personas; los grupos étnicos musulmanes son sometidos sistemáticamente a internamiento masivo, tortura y persecución”, ha declarado Alkan Akad, investigador sobre China de Amnistía Internacional.
“Los Juegos no deben utilizarse para distraer la atención del terrible historial de derechos humanos de China, sino todo lo contrario: deben ser una oportunidad para presionar a China para que aborde estos asuntos.”
El COI debe asegurarse de que las promesas se cumplen
El gobierno chino ofreció una serie de garantías en materia de derechos humanos antes de albergar los Juegos Olímpicos de Invierno, asegurando que respetaría la libertad de los medios de comunicación y los derechos laborales, abordaría la cuestión de los “desplazamientos” y garantizaría que habría verdaderas oportunidades de celebrar manifestaciones pacíficas durante el evento.
Amnistía Internacional pide al Comité Olímpico Internacional (COI) que aplique plenamente y dé a conocer públicamente sus políticas y prácticas de diligencia debida en materia de derechos humanos antes y durante los Juegos.
“En China, el derecho a la libertad de expresión se viola sistemáticamente. Por eso es fundamental que el COI y los diversos Comités Olímpicos Nacionales de los Juegos muestren el debido respeto hacia los deseos de atletas y funcionarios deportivos de pronunciarse sobre temas de derechos humanos, incluso sobre aquellas cuestiones que las autoridades consideran ‘delicadas’”, ha afirmado Alkan Akad.
“El COI también debe insistir en que el gobierno chino mantenga su promesa de garantizar la libertad de los medios de comunicación, incluido el acceso sin restricciones a Internet de periodistas chinos e internacionales, y asegurarse de que la gente que desee protestar pacíficamente durante los Juegos pueda hacerlo.”
Amnistía Internacional insta a los representantes gubernamentales, incluidos los que tienen previsto asistir a los Juegos, a que pongan los derechos humanos en el primer lugar de su agenda en sus conversaciones con las autoridades chinas.
“El mundo debe aprender de las lecciones de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, cuando el gobierno chino prometió mejoras en los derechos humanos que jamás se materializaron”, ha añadido Alkan Akad.
“No debemos permitir que los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín sean una mera oportunidad de lavado de imagen a través del deporte para las autoridades chinas, y la comunidad internacional no debe convertirse en cómplice de un ejercicio de propaganda.”
Activistas pacíficos detenidos en China
Antes de los Juegos, Amnistía Internacional ha presentado su campaña “¡Libertad para los cinco!”, en la que pone de manifiesto la difícil situación de cinco activistas chinos entre los muchos detenidos por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Los cinco activistas son la periodista ciudadana Zhang Zhan, el académico uigur Ilham Tohti, la activista de derechos laborales Li Qiaochu, el abogado de derechos humanos Gao Zhisheng y el bloguero tibetano Rinchen Tsultrim.
“El encarcelamiento injusto de estos cinco activistas pacíficos es representativo de la intolerancia del gobierno chino hacia todas las opiniones contrarias y de su afán por castigar la disidencia de la forma más dura posible”, ha indicado Alkan Akad.
“Si el gobierno chino desea usar los Juegos Olímpicos como escaparate del país, debería empezar por dejar en libertad a todas las personas acusadas o detenidas únicamente por ejercer pacíficamente sus derechos humanos.”
Se debe permitir a los y las atletas que se expresen libremente
El COI se ha comprometido, a través de su iniciativa Deporte Seguro, a apoyar los derechos de los atletas y protegerlos de hostigamientos y abusos “tanto dentro como fuera del campo deportivo”. Sin embargo, la estricta “burbuja” impuesta en Pekín 2022 a causa de la COVID-19 limitará gravemente la libertad de circulación de los atletas de tal forma que incluso puede resultarles más difícil ejercer sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica.
A finales del año pasado, la tenista Peng Shuai, tres veces olímpica, denunció a un ex viceprimer ministro chino por abusos sexuales en una publicación en redes sociales que fue rápidamente censurada en China. Cuando se eliminó de Internet toda referencia a ella y desapareció de la vida pública, otros tenistas y la Asociación de Tenis Femenino expresaron sus temores sobre su suerte. Casi tres semanas después de que su publicación fuera censurada, la respuesta del COI fue organizar una videollamada con Peng para intentar disipar la preocupación sobre su bienestar y su paradero.
“El COI aceptó las garantías de que Peng Shuai se encontraba bien sin verificar si sufría alguna limitación de su libertad de expresión, circulación y derecho a la privacidad, corriendo con ello el peligro de encubrir posibles violaciones de los derechos humanos de la tenista”, ha señalado Alkan Akad.
Tras las duras críticas, el COI reconoció en diciembre: “No podemos garantizarlo y no conocemos todos los datos”. El COI insistió en que estaba “debatiendo con la parte china todos los aspectos del caso” y que este debate continuaría más allá de los Juegos.
“Con las duras restricciones implantadas en Pekín 2022, el COI debe esforzarse por mantener su promesa de proteger el derecho de los atletas a expresar sus opiniones y, sobre todo, asegurarse de que no es cómplice de ninguna violación de sus derechos”, ha declarado Alkan Akad.