El uso que hacen los gobiernos de la desaparición forzada para silenciar a sus detractores e infundir miedo a grupos específicos persiste en todas las regiones del mundo, ha manifestado Amnistía Internacional con motivo de la celebración del Día de los Desaparecidos el 30 de agosto.
Durante las últimas cinco décadas, la organización ha trabajado más de 500 casos de personas sometidas a desaparición forzada y continúa presionando a los gobiernos para que determinen la suerte y el paradero de todas las personas que han desaparecido.
"Gobiernos de todas las regiones del mundo, desde Siria hasta México y desde Sri Lanka hasta Gambia, podrían tener a centenares de personas, e incluso miles, recluidas en secreto. En muchos países, las autoridades continúan sometiendo a hostigamiento e intimidaciones a quienes buscan a sus familiares desaparecidos. La lucha por la justicia no debe cesar", ha señalado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“Con ocasión del Día Internacional de los Desaparecidos, ofrecemos nuestro apoyo a todas las personas del mundo sometidas a desaparición forzada y detención ilegal por las autoridades del Estado, así como a sus familiares. Los gobiernos de los países donde se producen desapariciones forzadas deben recibir mayor presión aún para que acaben con esta aborrecible práctica."
Las desapariciones forzadas las cometen agentes del Estado o personas que actúan en su nombre y se niegan a reconocerlo u ocultan la suerte y el paradero de la víctima, dejándola fuera del alcance de la protección de la ley.
Las desapariciones suelen seguir unas pautas: una vez detenida, la víctima casi nunca comparece ante un tribunal, y casi nunca hay constancia en ningún registro de su "delito" ni de su detención. Una vez fuera de la vista, la persona sometida a desaparición forzada está muy expuesta a sufrir malos tratos, tortura, e incluso la muerte.
Este año, Amnistía Internacional está instando a decenas de gobiernos que hacen uso de la desaparición forzada contra quienes se oponen a ellos a que dejen definitivamente de emplear esta táctica. Con ocasión del Día Internacional de los Desaparecidos, la organización pone de relieve casos de cada una de sus regiones globales.
Oriente Medio y el Norte de África - Siria
En Siria, casi 85.000 personas han sufrido desaparición forzada entre 2011 y 2015, según fuentes de Amnistía Internacional. Continúan desapareciendo civiles a un ritmo alarmante, y entre los casos documentados por la organización figuran ahora personas de nuevos grupos, no sólo opositores políticos, defensores de los derechos humanos y activistas, sino también personas como profesores y civiles que no habían hecho más que entrar en el territorio controlado por el gobierno para cobrar su sueldo público.
Rania Alabbasi y sus seis hijos, de entre 3 y 15 años de edad, fueron detenidos por las autoridades sirias en marzo de 2013. No se ha vuelto a saber nada de ellos desde entonces. Pese las solicitudes de sus familiares, las autoridades sirias no han proporcionado ninguna información sobre lo que les ha ocurrido, dónde están o por qué fueron detenidos.
Naila Alabbasi, hermana de Rania Alabbasi, ha explicado a Amnistía Internacional:
“Cuando comenzó el levantamiento, no quería irse. [Mi hermana] pensaba que ella y su familia estaban a salvo porque no habían participado en ninguna actividad política ni pertenecían a ningún partido de oposición. No asistían a ninguna manifestación. Por eso pensaba que no les ocurriría nada.”
“No sabemos nada de ellos. Todos los intentos de averiguar algo han sido infructuosos [...] no debemos olvidar a Rania, a su familia ni a las demás personas privadas de libertad en situaciones semejantes. ¡Alcemos todos nuestras voces por su liberación!”
América - México
Según cifras oficiales, desde 2007 han desaparecido o están en paradero desconocido en México casi 25.000 personas, cerca de la mitad de ellas durante el actual gobierno del presidente Peña Nieto.
El asunto acaparó los titulares internacionales en septiembre de 2014, tras la desaparición de 43 alumnos de la escuela normal rural de Ayotzinapa, localidad del estado mexicano de Guerrero.
Los estudiantes iban de camino a una manifestación contra las reformas educativas del gobierno, cuando fueron atacados por la policía y por hombres armados en Iguala. Murieron tres de ellos. Testigos presenciales vieron a la policía llevarse a otros. Un día después apareció el cuerpo torturado del estudiante Julio César Mondragón, con lo que se agudizó en las familias de los 42 restantes la angustia de no saber la suerte que habían corrido.
Al principio, las autoridades dijeron no saber dónde estaban, pero 10 meses más tarde dieron una explicación que las familias y sus representantes no creen.
Aunque el asunto ha suscitado atención internacional, las autoridades no ha investigado debidamente todos los aspectos del caso, ni siquiera las preocupantes denuncias de complicidad de las fuerzas armadas. No obstante, han sacado a la luz la connivencia entre funcionarios locales y bandas.
Estudiantes, familias y ciudadanos mexicanos de toda condición ha salido por centenares a la calle para exigir valerosamente que se tomen medidas. Omar, amigo de uno de los estudiantes, ha dicho a Amnistía Internacional que van a continuar con su lucha por la verdad, por la justicia y por una reparación.
“La respuesta del gobierno no ha sido más que irrespetuosa e insensible. Estoy alarmado por lo que ha ocurrido, pero no tengo miedo. Nunca renunciaremos a nuestra lucha por la justicia”, afirma.
Amnistía Internacional ha organizado una campaña de envío de cartas para instar al presidente de México a investigar debidamente los millares de desapariciones ocurridas en el país:
Asia– Sri Lanka
Se cree que fueron decenas de miles las personas desaparecidas en el conflicto entre los Tigres de Liberación de Eelam Tamil y el ejército que terminó en 2009 y en una campaña contra la insurgencia emprendida por las fuerzas de seguridad contra los izquierdistas anteriormente, entre 1989 y 1990. Se han resuelto muy pocos casos, y se tiene noticia de intimidación flagrante contra las familias de desaparecidos que se han atrevido a preguntar por su paradero.
Desde 1990, los sucesivos gobiernos han creado varias comisiones, que han implicado a destacados políticos y altos cargos de la policía y las fuerzas de seguridad. Sin embargo, las autoridades han hecho caso omiso en su mayor parte de la recomendación de procesar a estas personas, algunas de las cuales continúan en sus puestos.
Ahora, incluso en tiempo de paz, las desapariciones continúan: poco después de las elecciones presidenciales de 2010 desapareció el caricaturista Prageeth Egnalikoda.
Su esposa, Sandya, ha dicho a Amnistía Internacional que ahora su principal lucha en la vida es ver que se haga justicia y se condene a los responsables. “El principal sostén de nuestra familia no está, así que tenemos muchas dificultades económicas. Además, tengo que ser el padre y la madre de nuestros hijos. Esta lucha es habitual en las familias de los desaparecidos”, explica.
Los ciudadanos de Sri Lanka pueden participar, desde su país o desde el extranjero, en un concurso de poesía organizado para recordar los decenios de desapariciones con el título de "Sombras silenciadas". Para más información, pueden escribir a info.poetry@amnesty.org
Europa - Bosnia y Herzegovina
Sigue sin conocerse la suerte de más de 8.000 personas desde el conflicto de Bosnia y Herzegovina de la década de 1990. Dos decenios después, las autoridades de todo el país continúan sin dar respuesta a las familias de los desaparecidos. El Estado no ha aplicado plenamente la Ley sobre Personas Desaparecidas, en virtud de la cual las autoridades deben buscar a todas las personas en paradero desconocido y establecer debidamente un fondo para apoyar a las víctimas y a sus familias.
"La ley sólo existe en el papel. Nadie la respeta”, afirma Zumra Sehomerovic, vicepresidenta del Movimiento de Madres de los enclaves de Srebrenica y Žepa.
“Cuando acudimos a las autoridades, por ejemplo para inscribir a una persona en paradero desconocido en el registro municipal y que nos den un certificado, nos tratan con desdén.”
Amnistía Internacional pide al presidente del Consejo de Ministros de Bosnia y Herzegovina que garantice que las autoridades buscan a todas las víctimas de desaparición forzada de la guerra y ofrecen reparaciones a sus familias.
Para participar en este llamamiento se puede escribir una carta al presidente a través de:
África – Gambia
En muchos Estados africanos, los periodistas están expuestos a sufrir intimidaciones del gobierno y procesamiento. Uno de los regímenes más restrictivos es Gambia. En abril de 2004, el presidente Yahya Jammeh dijo a los periodistas que obedecieran a su gobierno o "se fueran al infierno".
En julio de 2006 se tuvo noticia de que el periodista Ebrima Manneh, del Daily Observer, había sido detenido por los servicios de seguridad del Estado tras intentar reproducir un informe de la BBC donde se criticaba al presidente Jammeh poco antes de la celebración de una reunión de la Unión Africana en Banjul. Sus compañeros de trabajo fueron testigos de la detención.
Tras reiterados esfuerzos de su padre y sus colegas por encontrarlo, el gobierno emitió en febrero de 2007 una declaración oficial en la negaba su detención, así como tener conocimiento de su paradero. En 2008, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental determinó que su detención era ilegal y ordenó a las autoridades gambianas dejarlo en libertad de inmediato. También ordenó indemnizarlo con 100.000 dólares estadounidenses por daños y perjuicios. Aún no se ha ejecutado la sentencia.
El gobierno de Gambia insiste en que ha buscado en todas las prisiones y no encuentra rastro de él Sin embargo, según información reciente, está recluido sin cargos en la comisaría de policía de Fatoto, en el este del país. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia y pide que sea puesto de inmediato en libertad incondicional. Sigue sin conocerse su paradero.