El irrisorio objetivo de financiación climática acordado al cierre de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en Azerbaiyán pondrá en peligro los derechos humanos de miles de millones de personas y perpetuará las desigualdades globales; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional. Tras días de negociaciones dilatadas y opacas en Bakú, la conferencia terminó ayer con un acuerdo de los países de altos ingresos para movilizar 300.000 millones de dólares estadounidenses anuales antes de 2035, con el fin de ayudar a los países de ingresos más bajos a abordar la creciente crisis climática.
En la conferencia sobre el clima de este año, los países más ricos del mundo se han dedicado a intimidar a los de ingresos más bajos para que acepten un acuerdo de financiación miserable que podría embarcarlos en graves deudas.
Ann Harrison, asesora sobre Justicia Climática
Es menos de una cuarta parte de la cantidad mínima reclamada por múltiples activistas y países de bajos ingresos.
“En la conferencia sobre el clima de este año, los países más ricos del mundo se han dedicado a intimidar a los de ingresos más bajos para que acepten un acuerdo de financiación miserable que podría embarcarlos en graves deudas. Aunque los países de ingresos altos y la presidencia de Azerbaiyán se congratulan visiblemente, ninguna operación mediática puede ocultar el hecho de que este acuerdo es catastrófico para los derechos humanos de las personas y comunidades que están en primera línea de los crecientes efectos negativos del cambio climático”, ha dicho Ann Harrison, asesora sobre justicia climática de Amnistía Internacional.
“En lugar de avanzar hacia un mundo en el que se protegen los derechos humanos de todas las personas frente a los daños del cambio climático, el resultado de la COP29 da luz verde a los negocios lucrativos habituales, lo que perpetuará los daños actuales que tienen su origen en el colonialismo y agravará el sufrimiento causado por el cambio climático. Los países de altos ingresos están incumpliendo las obligaciones contraídas en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Acuerdo de París. Este resultado permitirá que las empresas del sector de los combustibles fósiles continúen sacrificando los derechos humanos de incontables personas en su implacable afán de lucro.”
Necesitamos con urgencia un compromiso de todos los países con la eliminación gradual de los combustibles fósiles mediante un proceso ágil y respetuoso con los derechos humanos, y esto debería ocupar un lugar destacado en la agenda de la COP30.
Carine Thibaut, directora de Amnistía Internacional Bélgica (habla francesa)
Muchos países de ingresos más bajos han pedido que se destinen al menos 1,3 billones de dólares estadounidenses a financiación anual equivalente a subvención pública, para ayudarlos a adaptarse al cambio climático y a recuperarse de las pérdidas y daños. El acuerdo alcanzado en la COP29 no incluye ninguna de ambas cosas. En su lugar, pone a los países de ingresos bajos en riesgo de quedar atrapados en un círculo vicioso de endeudamiento en un momento en el que intentan adoptar medidas climáticas urgentes.
Además, la COP29 no ha hecho ningún avance respecto al asunto crítico de la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
“No será posible abordar la alteración climática masiva y sus perjuicios para los derechos humanos, incluido el derecho a la vida, si no se acomete la eliminación gradual de los combustibles fósiles de manera integral, rápida, justa y financiada”, ha manifestado Carine Thibaut, directora de Amnistía Internacional Bélgica (habla francesa).
“Cuesta creer que tantos países aún estén poniendo en marcha nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles. Necesitamos con urgencia un compromiso de todos los países con la eliminación gradual de los combustibles fósiles mediante un proceso ágil y respetuoso con los derechos humanos, y esto debería ocupar un lugar destacado en la agenda de la COP30.
Amnistía Internacional también ha puesto de relieve que el primer día de la COP29 ya se aprobaron nuevas normas sobre el mercado del carbono que carecen de protecciones firmes en materia de derechos humanos, sin que las partes tuvieran tiempo de estudiarlas debidamente. También resultó alarmante la iniciativa concertada de algunas partes para suprimir toda referencia al género y la interseccionalidad en muchos borradores de decisiones.
Faltaron voces azerbaiyanas
Mientras, no se respetaron principios básicos de derechos humanos relacionados con la participación y la transparencia en varios aspectos de las propias negociaciones.
Un gran número de activistas contra el cambio climático decidió no asistir a la COP29 por su elevado coste y por motivos de seguridad. La intensa vigilancia de las autoridades azerbaiyanas dio lugar a una fuerte autocensura entre la sociedad civil, y hubo muchos delegados/as que evitaron incluso mencionar el nombre del país anfitrión por miedo a represalias.
En 2024, el cambio climático ha tenido efectos brutales en todos los continentes.
Ann Harrison
En la conferencia faltaron voces azerbaiyanas independientes, ya que un gran número de activistas y periodistas estaban entre rejas o en el exilio. Las pocas que obtuvieron permiso oficial para asistir a la COP29 dijeron a Amnistía Internacional que tenían miedo de sufrir represalias si hablaban en la conferencia. En cambio, había más de 1.770 lobistas de los combustibles fósiles presentes, a menudo con mucho más acceso a los equipos de negociación. Las decisiones tomadas en la COP reflejan esta desigualdad de acceso.
Amnistía intentó sin éxito obtener permiso para acceder a activistas y periodistas en prisión mientras su delegación estaba en Azerbaiyán. También se restringieron las protestas pacíficas de los delegados/as en la “zona azul” controlada por la ONU, y las limitaciones del propio recinto agravaron tales restricciones.
“A pesar de todo, el ánimo desafiante imperaba entre los activistas al final de la COP29. Los resultados fueron demoledores, pero en esto no cabe rendirse”, ha dicho Ann Harrison.
“En 2024, el cambio climático ha tenido efectos brutales en todos los continentes. Mientras se negociaba en Bakú, una sucesión de potentes ciclones tropicales obligaba a miles de personas a huir de sus casas en Filipinas e incendios forestales sin precedentes arrasaban enormes extensiones de terreno en Ecuador. Ante todo este sufrimiento, los dirigentes de los países de altos ingresos han incumplido su obligación de proporcionar apoyo económico a quienes lo necesitaban: seguiremos luchando y exigiéndoles que rindan cuentas.”