Ante la declaración en los medios de comunicación estatales norcoreanos de una “emergencia nacional máxima” tras el primer brote de COVID-19 en el país del que se informa oficialmente, Boram Jang, investigadora de Amnistía Internacional para Asia Oriental, ha manifestado:
“No hay ningún indicio de que Corea del Norte tenga acceso a suficientes vacunas para proteger a su población de la COVID-19. Aun así, ha rechazado millones de dosis de vacunas de AstraZeneca y Sinovac ofrecidas por el programa COVAX dirigido por la OMS, mecanismo global de distribución de vacunas contra la COVID-19 que exige una distribución y un seguimiento transparentes.
“Con la primera noticia oficial de un brote de COVID-19 en el país, seguir por este camino podría costar muchas vidas y sería un incumplimiento inadmisible del derecho a la salud.
“Es vital que el gobierno actúe ya para proteger el derecho a la salud de una de las poblaciones del mundo con menor acceso a las vacunas y uno de los sistemas de salud más frágiles del planeta. Eso significa proporcionar acceso a las vacunas sin discriminación y garantizar un plan de distribución de éstas que sea transparente y esté sometido a escrutinio público.
“El gobierno de Corea del Norte debe establecer inmediatamente planes para asegurar vacunas contra la COVID-19 para su población mediante la cooperación con la comunidad internacional.
“También debe asegurarse de que todas las medidas de emergencia adoptadas para combatir la COVID-19, como los confinamientos, son razonables y proporcionadas, es decir, lo más limitadas posibles. No deberá hacer uso indebido de ellas y deberá levantarlas en cuanto dejen de ser necesarias para proteger la salud pública”.
Información complementaria
La Agencia de Noticias Central Coreana (KCNA) informó el martes 12 de mayo de que algunas personas en Piongyang habían dado positivo en la subvariante BA 2 de la variante Ómicron del virus. El dirigente norcoreano Kim Jong-un declaró una “emergencia nacional máxima” y ordenó confinamientos en todo el país para bloquear la transmisión del virus.
Corea del Norte rechazó millones de dosis de vacunas AstraZeneca y Sinovac ofrecidas en 2021 por el programa COVAX dirigido por la OMS. Rusia también ofreció en dos ocasiones vacunas a Corea del Norte que ésta rechazó.
El dirigente Kim Jong-un había afirmado que el país no había registrado ni un solo caso de COVID-19 desde que cerró sus fronteras al inicio de la pandemia en 2020.
En un estudio realizado en 2019 por el
Centro de Salud y Seguridad de la Universidad Johns Hopkins sobre la capacidad de los sistemas nacionales de salud para enfrentarse a una epidemia, Corea del Norte ocupó el puesto 193 de un total 195 países en capacidad para hacer frente a una crisis de salud.
En Corea del Norte hay 25 millones de personas en grave riesgo potencial de contraer el virus dado que la inmensa mayoría de su población sigue sin acceso a las vacunas contra la COVID-19.
Todas las personas tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, lo que incluye un acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19.