Las autoridades egipcias deben poner en libertad inmediata e incondicional al activista Alaa Abdel Fattah, de nacionalidad egipcia y británica, que el 29 de septiembre, dentro de tres días, habrá cumplido su injusta condena de cinco años de prisión, ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
En represalia por su activismo, las autoridades egipcias detuvieron por última vez a Alaa Abdel Fattah el 29 de septiembre de 2019 y, tras un juicio manifiestamente injusto, lo condenaron a cinco años de prisión por cargos como “difundir noticias falsas”. Existe el riesgo de que las autoridades se nieguen a dejar en libertad al destacado activista político, que ha cumplido íntegramente los cinco años de cárcel, al negarse a contabilizar como parte de su pena el tiempo que pasó en prisión preventiva.
“Alaa Abdel Fattah ha pasado la mayor parte de la última década sometido a reiteradas detenciones y encarcelado injustamente por el mero hecho de ejercer pacíficamente sus derechos humanos. Como preso de conciencia, no debería haberse visto obligado jamás a pasar ni un minuto entre rejas. La posibilidad de que las autoridades prolonguen aún más su encarcelamiento ilegal en lugar de ponerlo en libertad es espantosa”, ha declarado Mahmoud Shalaby, investigador de Amnistía Internacional sobre Egipto.
“Las autoridades egipcias tienen un terrible historial de detención indefinida de disidentes políticos inventando nuevas razones para mantenerlos encerrados. Si no ponen en libertad a Alaa Abdel Fattah, esto agravaría aún más la crueldad y la injusticia que ya ha sufrido bajo custodia. Las autoridades egipcias deben dejarlo en libertad de inmediato y sin condiciones y permitirle reunirse al fin con sus seres queridos.”
También es posible que las autoridades intenten extender su detención arbitraria presentando nuevos cargos contra él, pues tienen un historial de detención indefinida de personas encarceladas por razones políticas mediante la presentación de nuevos cargos falsos idénticos o similares, incluso después de que un tribunal haya ordenado su puesta en libertad o de que hayan cumplido íntegramente su condena. Esta práctica abusiva se conoce como “rotación”.
Durante años, Alaa Abdel Fattah estuvo detenido en condiciones deplorables y los funcionarios de seguridad lo sometieron a tortura y otros malos tratos bajo custodia. A raíz de la indignación de la opinión pública, fue trasladado a la prisión de Wadi al Natroun en mayo de 2022, donde mejoraron su salud y sus condiciones de detención. Hace poco que las autoridades por fin le permitieron acceder a material de lectura, ver la televisión y recibir cartas.
Sin embargo, durante los últimos cinco años las autoridades penitenciarias han seguido negándole el acceso al aire libre y a la luz solar, y sólo le han permitido hacer ejercicio en un vestíbulo cubierto. También siguen negándole el acceso a su abogado, así como recibir visitas consulares de las autoridades británicas.
El 20 de diciembre de 2021, el Tribunal (de excepción) de Seguridad del Estado, declaró culpable a Alaa Abdel Fattah de varios cargos, entre ellos el de “difusión de noticias falsas”, y lo condenó a cinco años de cárcel, tras un juicio manifiestamente injusto en represalia por su activismo. El abogado de derechos humanos Mohamed Baker y el bloguero Mohamed Radwan “Oxygen” también fueron declarados culpables de cargos similares y condenados a cuatro años de cárcel. El 19 de julio de 2023, gracias a la incesante campaña en favor de su puesta en libertad, Mohamed Baker recibió un indulto presidencial tras casi cuatro años de detención arbitraria.
Información complementaria
Alaa Abdel Fattah es un destacado activista político y crítico del gobierno que ha sido blanco de ataques por su papel en el levantamiento de 2011. Es una de las miles de personas que siguen detenidas arbitrariamente en Egipto sin fundamento jurídico sólo por ejercer sus derechos humanos, o tras procedimientos que violan el derecho a un juicio justo.
Desde que el presidente Abdel Fattah al-Sisi reactivó en abril de 2022 el Comité de Indultos Presidenciales, las autoridades egipcias han excarcelado a cientos de personas recluidas por motivos políticos, algunas de ellas activistas prominentes, pero Alaa Abdel Fattah había sido excluido de este proceso. Las autoridades egipcias continuaron deteniendo a personas críticas o consideradas críticas en medio de una represión implacable de la disidencia.
