La ola de violencia y represión durante las manifestaciones en Venezuela está sumergiendo al país en una crisis de difícil retorno que amenaza la vida y la seguridad de la población.
Así lo señaló Amnistía Internacional tras los informes de al menos dos personas muertas y numerosos heridos y detenidos durante las protestas que se desarrollaron hoy.
Las autoridades venezolanas confirmaron que Paola Ramírez, de 23 años, y Carlos Moreno, de 17, fueron asesinados por impactos de bala en las ciudades de Táchira y Caracas respectivamente.
“Las protestas o movilizaciones sociales son manifestaciones del ejercicio de la libertad de expresión y de reunión, todos ellos reconocidos por tratados internacionales de derechos humanos. Es inaceptable que, con sólo salir a la calle, automáticamente un venezolano o venezolana se encuentre en peligro y quede expuesto a la represión descontrolada de las fuerzas de seguridad. El derecho a la libertad de expresión, no es un derecho más, sino el más importante de toda la estructura democrática”, expresó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Amnistía Internacional exhorta a las autoridades venezolanas a garantizar el derecho a la libertad de expresión y opinión de su población y, de manera urgente, investigar todas las denuncias de abusos a los derechos humanos cometidas durante las manifestaciones.
Sobre el “Plan Zamora”
En la víspera de la manifestación, el gobierno venezolano anunció el "Plan Zamora", un mecanismo de seguridad que despliega a las fuerzas policiales y militares conjuntamente con civiles para “preservar el orden interno”.
Preocupa a Amnistía Internacional el llamado a los civiles a usar la fuerza para la que no están legitimados a través de este plan. La convocatoria es especialmente alarmante dadas las reiteradas denuncias de abusos por parte de grupos civiles armados.