16 de agosto de 2013.- El uso de niveles de violencia sin precedentes por parte de las fuerzas de seguridad, que dejó más de 600 muertos en Egipto, debe ser investigado en forma completa e imparcial, dijo hoy Amnistía Internacional. Fueron utilizados medios letales y desproporcionados para dispersar a los simpatizantes del ex presidente Morsi que se manifestaban a través de una sentada en el Cairo esta semana. Las fuerzas de seguridad tampoco cumplieron con su promesa de permitir a los heridos resguardarse de un modo seguro, según comprobó Amnistía Internacional a través de una investigación en el terreno.

“Sobre la base de los testimonios iniciales y de otras evidencias que hemos recolectado, parece haber pocas dudas de que las fuerzas de seguridad han estado actuando en franca indiferencia hacia la vida humana. Se necesitan urgentemente investigaciones que sean tanto imparciales como independientes”, dijo Philip Luther, Director del Programa de Medio Oriente y Norte de África de Amnistía Internacional.

 

“Mientras algunos manifestantes recurrieron a la violencia, la respuesta de las autoridades fue groseramente desproporcionada. Aparentemente no distinguieron entre manifestantes violentos y no violentos. Los transeúntes también quedaron atrapados en la violencia”.

Las fuerzas de seguridad recurrieron a medios letales cuando no era estrictamente necesario a los fines de proteger vidas y prevenir heridas graves. Esto constituye una clara violación al derecho y los estándares internacionales. Las promesas anteriores de utilizar fuerza moderada para dispersar a los manifestantes y dar amplio aviso y salidas seguras fueron rápidamente quebradas.

El 14 y 15 de agosto, investigadores de Amnistía Internacional visitaron numerosos hospitales y hospitales de campaña en El Cairo, así como la morgue Al Zeinhum de la ciudad y una mezquita que alberga temporariamente decenas de muertos. Los investigadores escucharon informes del personal médico, quienes describieron cuántos de los muertos y heridos habían sufrido heridas de bala en la parte superior del cuerpo.

Un estudiante de medicina describió cómo el hospital de Rabaa al-Adawiya debió ser evacuado luego de que las fuerzas de seguridad entraran en el edificio en medio de un fuerte gas pimienta y su primer piso se prendió fuego: “Las fuerzas de seguridad estaban atacando el hospital. Los médicos nos ordenaron cerrar las ventanas y las cortinas para evitar el gas lacrimógeno. Pude ver espías en el techo del edificio que está cerca del hospital. Estaban vestidos de negro. El otro doctor nos dijo que las fuerzas de seguridad habían entrado al primer piso… Uno de los oficiales de seguridad me pegó en la espalda con la culata del rifle, y me empujo hacia las escaleras. Salí del hospital. Ahí, las fuerzas de seguridad nos dijeron que sacáramos los cuerpos y los pacientes. El primer piso estaba en llamas.”

Otro testigo contó que el intenso tiroteo fuera del hospital impidió la salida a salvo de los heridos y condujo a la muerte de un guardia de seguridad del hospital. Una enfermera de un hospital de campaña en Rabaa al-Adawiya contó a la organización como hombres en uniformes negros la amenazaron a punta de arma: “Había un arma apuntándome por la ventana. Había tres hombres, dos en uniforme negro y uno de civil. El hombre de civil me gritó, ordenándome que abriera la puerta, preguntándome si teníamos armas en el interior… Le supliqué que sólo había heridos y muertos en el interior”.

Amnistia Internacional está reclamando que se permita la entrada al país de expertos de la ONU, para que investiguen las circunstancias de violencia y los patrones de excesiva e injustificada fuerza letal usada por las autoridades egipcias desde el levantamiento de enero de 2011.

Dado el pobre historial de las autoridades egipcias en lograr que las fuerzas de seguridad rindan cuentas por el uso excesivo e injustificado de la fuerza utilizada en las protestas desde enero de 2011, Amnistia Internacional duda sobre la capacidad del Ministerio Público Fiscal para conducir investigaciones completas, imparciales e independientes.