El uso excesivo de la fuerza por parte de la policía española y los planes para reforzar la legislación represiva son una condenatoria señal de la determinación del gobierno español de sofocar las protestas pacíficas. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en un nuevo informe hecho público hoy.
“Las medidas de austeridad impuestas en España por la crisis económica que comenzó en 2008 ha generado una ola de protestas. A pesar de que la enorme mayoría de ellas han sido pacíficas, la respuesta del Estado ha sido la represión, tanto a través de la aplicación de sanciones administrativas y penales como del uso excesivo de la fuerza por parte de la policía”, dijo Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
“Las crisis económicas siempre ponen a prueba la fuerza y la estabilidad de una sociedad y de sus instituciones. En vez de entender que los nuevos movimientos sociales que están detrás de las protestas son una amenaza, el gobierno español debe asegurar su derecho a manifestarse pacíficamente en lugares públicos, que es un derecho humano. Quienes protestan en forma pacífica deben ser protegidos por la policía; no puestos en peligro”, agregó.
En 2012 hubo casi 15.000 manifestaciones en toda España: unas 40 por día. En 2013 hubo 4.500 solamente en Madrid: un incremento de un millar respecto al año anterior. Como el propio gobierno ha reconocido, sólo hubo actos violentos en menos del uno por ciento de las protestas.
El gobierno español está utilizando toda la fuerza de la ley para asfixiar la protesta pacífica legítima. La policía ha utilizado repetidamente porras y proyectiles de goma contra manifestantes, en actuaciones que se han saldado con heridas y mutilaciones tanto de manifestantes como de transeúntes. La policía actúa con total impunidad, mientras que los manifestantes pacíficos y los líderes de los movimientos sociales sufren un acoso constante y son estigmatizados, golpeados y, en ocasiones, detenidos para enfrentarse a cargos penales, encarcelamiento y multas..
El informe de Amnistía Internacional, titulado España: El derecho a protestar, amenazado, pone de manifiesto los abusos de la policía contra los manifestantes, la falta de rendición de cuentas por esos abusos y la determinación de las autoridades españolas de reforzar una legislación represiva.
Desde que la crisis económica y financiera golpeó a España, la pérdida de puestos de trabajo, las medidas de austeridad y lo que se percibe como una falta de transparencia en la toma de decisiones han llevado a miles de personas a salir a la calle a expresar su protesta.
Aquí puedes ver más vídeos de algunos de los casos documentados por Amnistía Internacional:
Consuelo Baudín: http://www.youtube.com/watch?v=cJgJmlgfh2k
Jorge Aranda: http://www.youtube.com/watch?v=SqX-_pIZtT8
Uso excesivo de la fuerza y detenciones
La policía utiliza habitualmente fuerza excesiva para dispersar manifestaciones pacíficas, y ha habido casos de palizas, detenciones, procesamientos y multas contra manifestantes.
Aunque la policía en ocasiones tiene que hacer uso de la fuerza para mantener el orden público y la seguridad e impedir que se cometan delitos, sus agentes deben cumplir la obligación, contraída por el Estado en virtud del derecho internacional, de garantizar la libertad de reunión.
Sin embargo, en España la policía ha hecho uso de fuerza excesiva impunemente.
Amnistía Internacional ha documentado ese uso de fuerza excesiva, que incluye la utilización de porras y proyectiles de goma de tal manera que ha causado lesiones injustificadas.
Tras una manifestación celebrada en Barcelona en 2012, Ester Quintana fue alcanzada por una pelota de goma disparada por la policía, y a consecuencia de ello perdió el ojo izquierdo. Dijo a Amnistía Internacional: “Debido al impacto de la pelota, tengo desviado el tabique nasal, lesiones en la boca y el oído, y he perdido la sensibilidad en la parte izquierda de la cara. Sigo en tratamiento psicológico, mi rutina diaria se ha visto afectada, también la manera en la que me relaciono con la gente, en cómo me ven. Por otra parte, me han denegado todas las ayudas sociales que he solicitado.”
También ha habido personas que han sido sometidas a malos tratos tras ser detenidas y puestas bajo custodia policial.
Varias personas detenidas en la comisaría de policía de Moratalaz, en Madrid, han descrito el trato violento y humillante que sufrieron. Unos agentes las obligaron a permanecer de pie, de cara a una pared, durante horas.
También ha habido periodistas y fotógrafos que cubrían las manifestaciones y que han denunciado haber sido víctimas de violencia policial. La policía les ha dañado las cámaras y el equipo para impedirles documentar dicha violencia.
Leyes represivas
Según la legislación española, las personas de las que se considere que son las organizadoras o líderes de manifestaciones no autorizadas pueden ser sancionadas con multas de hasta 30.050 euros.
María, que recibió una multa de 1.000 euros por protestar contra los recortes presupuestarios, dijo a Amnistía Internacional:
“Quieren acabar con el liderazgo de los movimientos sociales; por eso están buscando a los portavoces. Yo sigo acudiendo a manifestaciones y otras actividades. Me dijeron que pagaríamos la multa solidariamente, pero hay mucho miedo porque la mayoría de la gente no puede hacer frente a las multas.”
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha manifestado que la libertad de participar en una reunión pacífica es de una importancia tal que los participantes no deben ser sancionados a menos que cometan un delito.
Otro golpe más al derecho de reunión pacífica son las reformas previstas del Código Penal y de la Ley sobre la Protección de la Seguridad Ciudadana, que introducirán una serie de cargos nuevos imputables a manifestantes, y un incremento de las sanciones.
En lugar de promulgar leyes represivas, el gobierno y el Parlamento de España deben revisar la legislación, las políticas y las prácticas relativas a las manifestaciones y reuniones públicas para garantizar que son conformes con sus obligaciones internacionales. Las autoridades españolas están avanzando en la dirección errónea. Al restringir aún más el derecho a la libertad de expresión y reunión, sólo conseguirán ampliar la brecha entre quienes ocupan el poder y la población española. El descontento público no se puede acallar mediante la represión”.
Para descargar el informe en formato PDF pueden hacer click acá