El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos debe dejar en libertad a una activista transgénero de los derechos LGBT que sufría persecución y agresión sexual en El Salvador y que se halla recluida en el centro penitenciario del condado de Cibola, Nuevo México, manifestó Amnistía Internacional hoy.
Alejandra (no se revela el apellido para su protección) lucha por recibir la atención médica que necesita bajo custodia.
El caso es especialmente urgente, dada la muerte reciente de otra mujer transgénero bajo custodia del ICE que estuvo recluida brevemente en el mismo centro.
“Alejandra se merece la oportunidad de vivir en condiciones de seguridad y en libertad mientras espera la decisión sobre su caso. La gente tiene derecho a solicitar asilo si sufre persecución. No hay razón para tenerla encerrada por solicitar protección”, ha señalado Denise Bell, investigadora de Amnistía Internacional Estados Unidos sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes.
“Alejandra pasó más de 10 años defendiendo los derechos de las personas trans en El Salvador. Es hora de nos unamos para apoyarla. Pedimos al ICE que la deje de inmediato en libertad por motivos humanitarios mientras espera la decisión sobre su solicitud de asilo.”
Alejandra huyó de El Salvador en 2017 debido a la extorsión, las amenazas y las agresiones que sufría constantemente. Fue agredida sexualmente por miembros de una banda criminal transnacional, así como por soldados salvadoreños, debido a su identidad transgénero. Como teme no estar a salvo si regresa a El Salvador, Alejandra ha ejercido su derecho a solicitar asilo para quedarse en Estados Unidos. Espera reunirse con su sobrina trans, a quien le ya le dieron asilo en el país.
El 25 de mayo, Roxana Hernandez, hondureña transgénero de 33 años, murió bajo custodia del ICE en un hospital de Nuevo México a causa de complicaciones médicas. Su muerte pone de relieve los riesgos que corren las personas trans con graves necesidades médicas que son detenidas por los servicios de inmigración tras solicitar asilo.
Además de instar al ICE a que deje a Alejandra en libertad, Amnistía Internacional pidió a sus siete millones de miembros, simpatizantes y activistas de todo el mundo que actúen en su favor.