Estas dos mujeres están haciendo que puedan abortar mujeres cuyos gobiernos no les permitirían hacerlo – Amnistía Internacional Argentina | Defendemos los derechos humanos

Estas dos mujeres están haciendo que puedan abortar mujeres cuyos gobiernos no les permitirían hacerlo


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Nuestro objetivo es garantizar abortos legales gratuitos y seguros a sobrevivientes de violación”
Verónica Cruz Sánchez, activista con una larga trayectoria en favor del derecho al aborto en México, ha ayudado a que mujeres y niñas violadas pudieran acceder a un aborto seguro. En la actualidad, Verónica ayuda a mujeres que viven en Estados Unidos a acceder a las píldoras abortivas tras la anulación de la sentencia de la causa Roe v. Wade.

Hace años, en Guanajuato y en todo México, las sobrevivientes de violación no podían abortar. Si bien era técnicamente legal, el Estado no brindaba los servicios que las mujeres y las niñas necesitaban.


Creamos nuestra organización feminista Las Libres en el año 2000 porque queríamos promover los derechos de las mujeres y ayudar a las que habían sido violadas. Nos parecía completamente inhumano que estas chicas tuvieran que llevar a término estos embarazos. Queríamos asegurarnos de que se respetaran sus derechos, así que formamos una red de especialistas en ginecología, psicología y derecho para contribuir a garantizar el derecho al aborto gratuito y seguro. También queríamos apoyar a las niñas y las mujeres que deseaban interrumpir embarazos no deseados en sus casas sin supervisión médica accediendo a píldoras abortivas de forma gratuita.


En 2002, conocí a varias jóvenes que estaban encarceladas por abortos espontáneos, emergencias obstétricas y abortos provocados. Eran jóvenes, apenas habían cumplido 18 años, y ya estaban en prisión. Algunas habían sido violadas, la mayoría vivía en la pobreza y procedían de zonas rurales marginadas. Una de esas muchachas todavía estaba pálida por la cantidad de sangre que había perdido: la habían enviado directamente del hospital a la cárcel. Supe que quería ayudar. Esa muchacha no debía estar allí.


Tras conocernos, me presentó a otras mujeres jóvenes que habían pasado por lo mismo. Mi equipo y yo comenzamos a realizar talleres en la cárcel, ya que queríamos entender su situación y reconstruir lo que había sucedido. Al final, una mujer llevó a todas las demás a la libertad. A diferencia del resto, en su caso aún no se había dictado sentencia, por lo que comenzamos a pleitear y al final quedó en libertad. Esta victoria nos ayudó a concienciar sobre casos similares y provocó una enorme indignación social. Poco después, todas las demás mujeres estaban libres.


Desde entonces se ha avanzado y la Corte Suprema de México dictó que el aborto debía despenalizarse en todo el país. Sin embargo, muchos estados federales continúan criminalizando el aborto en muchos casos y las mujeres todavía están aprendiendo cuáles son sus derechos, por lo que mi trabajo es educarlas.

Mientras que en México ha habido avances, lo que está sucediendo en Estados Unidos es una locura. Estados Unidos solía ser una referencia para México, y todo el mundo quería un fallo como el de la causa Roe vs. Wade.


Después de la anulación del derecho constitucional al aborto en Estados Unidos, un periodista me dio la idea de repetir nuestro modelo y ayudar a las mujeres en Texas. Nuestro objetivo era hacerles llegar nuestra experiencia y el modelo, así como recursos como las píldoras abortivas, que no se conseguían fácilmente allí. Cuando los y las estadounidenses leyeron información sobre nuestro trabajo en los medios de comunicación de Estados Unidos, su reacción fue increíble. Comenzaron a llegar donaciones, algunas de ellas pequeñas, de 10 dólares. Y pudimos comprar píldoras para un año para enviarlas gratis a Estados Unidos.


Hasta la fecha, hemos apoyado a más de 20 000 mujeres directamente en Estados Unidos y hemos formado más de 200 redes de apoyo en todo el país. Nuestras redes son anónimas, ya que las personas que las integran corren un gran riesgo de ser criminalizadas. Siempre que es posible, si una persona quiere ir a una clínica, tratamos de ponerla en contacto con alguien de una clínica que esté en otro estado.


El aborto es un derecho del que debe hacerse responsable toda la sociedad, no sólo las mujeres, las niñas y todas las personas que necesitan o desean abortar. Cuando el Estado no responde, organizaciones sociales como Las Libres deben acudir y ayudar a resolver este problema.


“Creamos un servicio local gratuito de doulas a quienes las mujeres pueden llamar antes, durante o después de un aborto”

Malta legalizó el aborto hace seis meses, pero sólo en los casos en que la vida de la mujer corre peligro, lo que significa que tres especialistas médicos deben ponerse de acuerdo en la decisión y estar presentes en el hospital. Con esta reforma, la mayoría de las mujeres de Malta todavía no pueden acceder al aborto.

Isabel Stabile, la única ginecóloga abiertamente proabortista de Malta, lleva muchos años buscando formas de apoyar el derecho al aborto, a pesar de su prohibición casi total.


La mayoría de las personas jóvenes de Malta han sido educadas en el catolicismo. Tengo 66 años. Me formé como ginecóloga en Reino Unido. Aunque no practiqué ningún aborto, siempre fui partidaria del derecho a decidir, y cuidé a mujeres antes y después de la intervención. Cuando regresé a Malta hace 20 años para volver a ejercer, me di cuenta de lo difícil que era allí la situación para las mujeres. Eso no me parecía bien y tenía que hacer algo.


Mis colegas y yo creamos un servicio local gratuito de doulas —que aún sigue funcionando— a quienes las mujeres pueden llamar antes, durante o después de un aborto para pedir ayuda. El aborto con medicamentos es un procedimiento seguro que puede realizarse sin supervisión médica, siempre que se esté razonablemente cerca de un hospital y se tenga acceso a información relevante.


Siempre que es posible, hablamos directamente con las pacientes, utilizando un lenguaje adecuado para que conozcan el procedimiento. Además, hacemos que sean conscientes de dos cosas: En primer lugar, que entiendan que estamos hablando de algo que es ilegal. Si las descubren, a ellas las condenarán a tres años de cárcel, y en nuestro caso la pena será de cuatro años y pérdida de la licencia para ejercer. En segundo lugar, que tienen que hacerlo ellas mismas, ya que hay mucha gente que quiere descubrirnos, y eso significa que estamos en peligro.


Tratamos de minimizar el riesgo en la medida de lo posible, brindando apoyo durante el aborto y asegurándonos de que sepan cuánto sangrado es normal y si es necesario que acudan a un hospital.

Para mí, la situación actual en Malta es terrible: hemos pasado de una prohibición total a algo que parece casi la peor situación. Hace aproximadamente seis meses se aprobó una nueva ley que sólo permitía el aborto en caso de peligro inminente de la vida de la persona embarazada. Era necesario que tres médicos especialistas, presentes en el hospital, coincidieran en este diagnóstico. Esto es peligroso, porque los médicos esperan hasta el último minuto y no siguen los protocolos médicos. Antes podía suceder que un médico, ginecólogo u obstetra decidiera si un embarazo ponía en riesgo a la madre y la ayudara a ponerle fin en privado, pero ahora no.


Estoy en una posición difícil, especialmente porque las mujeres necesitan ayuda. Por ejemplo, una mujer de 45 años, que no hablaba inglés, llamó a nuestra línea de doulas, diciendo que estaba embarazada. Tenía tres hijos y quería poner fin al embarazo. Le dije dónde encontrar las píldoras abortivas y me aseguré de que supiera que era ilegal. Pero no sabía utilizar Internet.


No siempre es fácil. Cuando empecé, recibí una gran cantidad de correos de odio, con amenazas como “Ojalá te mueras. Te vamos a matar”. Lo denunciaba en la policía, pero no hacían nada. Afortunadamente, las cosas están cambiando, especialmente entre la juventud. Ahora podemos hablar abiertamente sobre el aborto, y una encuesta reciente reveló que la mayoría de las personas menores de 30 años están a favor de la despenalización del aborto.


Somos muy pocas las personas que participamos activamente en mi trabajo. Sí, hay gente horrible, pero afortunadamente también hay buenas personas en el mundo, y ésas son las que te ayudan a salir de los problemas. Aunque es duro cuando no ves cambios inmediatos, nos apoyamos mutuamente todo lo que podemos.


Verónica Cruz e Isabel Stabile aparecen en la segunda temporada del pódcast de Amnistía Internacional On The Side of Humanity, que se podrá escuchar a partir del 28 de septiembre de 2024 en Spotify, Apple y Deezer.

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