La declaración final del G20, sobre incrementar el acceso mundial a las vacunas de la COVID-19, es de una imprecisión deplorable; así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional. Tras publicarse la declaración de los dirigentes del G20, que promete “explorar vías para acelerar la vacunación mundial” y “avanzar hacia” la meta de la OMS de que el 40% de la población de todos los países esté vacunada antes de terminar el año, Tamaryn Nelson, asesora de Amnistía Internacional sobre el derecho a la salud, ha manifestado:
“Los dirigentes del G20 parecen estar diciendo lo correcto pero, tras cinco millones de muertes, no es suficiente. Estas difusas promesas son una afrenta para todas las personas que han muerto y todas las que aún viven con miedo a contraer la COVID-19.
Necesitamos que actúen, y que lo hagan ya mismo. Muchos miembros del G20 tienen almacenados inmensos excedentes de dosis vacunales que podrían terminar sin más en la basura. Amnistía concluyó que 500 millones de dosis podrían administrarse de inmediato si se enviaran a países de ingresos inferiores; sin embargo, en la declaración del G20 no se menciona siquiera la redistribución de vacunas.
A sólo dos meses de que termine el año, únicamente un cambio radical del enfoque permitiría acabar con la vergonzosa desigualdad de las vacunas. Si continuamos por la vía actual, el final de la pandemia seguirá siendo una luz vislumbrada en el horizonte.”
En su
Cuenta atrás de 100 días, Amnistía Internacional pide a los Estados y las empresas farmacéuticas que compartan vacunas con los países de ingresos bajos y medianos bajos, para que se pueda proteger a más millones de personas frente a la COVID-19 en 2021.