“La respuesta a esta pandemia debe basarse en la cooperación y el intercambio de recursos, porque las estrategias nacionales no bastarán por sí solas. No se trata únicamente de que ayudar a la población más marginada sea lo correcto, es que una atención médica inadecuada en cualquier parte del mundo nos pone en peligro a todos. La rápida propagación de la COVID-19 ha demostrado hasta qué punto estamos todos interconectados”, ha manifestado Netsanet Belay, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional.
“El jueves, los dirigentes del G20 tienen que elaborar un plan concreto y coordinado para movilizar recursos con los que ayudar a la población del sur global. El G20 tiene muchos recursos económicos a su disposición y debe tenerlos todos en cuenta. A este virus, lo venceremos todos juntos, para todas las personas, o no lo venceremos.”
Información complementaria
Amnistía Internacional pide al G20 que adopte políticas y planes concretos y mensurables para hacer frente a la pandemia de COVID-19 en sus países y en el extranjero, que proteja la salud de la población y que reduzca el impacto económico de la pandemia.
Las medidas deben garantizar el acceso de todas las personas a cuidados preventivos y a tratamientos asequibles y de buena calidad, que incluyan a las personas que más riesgo corren o que menos capacidad tienen para implementar medidas de prevención a causa de la pobreza, de la falta de hogar, o por vivir y trabajar en entornos en los que están más expuestas al virus. La transparencia en la toma de decisiones es fundamental, y requiere acceso a la información, libertad de prensa y un espacio de la sociedad civil abierto.
Para más información, véase la declaración conjunta de Amnistía Internacional, Civicus y Transparencia Internacional
