En respuesta a la adopción final, por parte del Parlamento de Georgia, del restrictivo proyecto de ley sobre “influencia extranjera”, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha declarado:
“Hoy, el partido gobernante de Georgia ha impuesto esta nociva ley, que pisotea los derechos humanos de todas las personas del país”.
“Este dañino proyecto de ley es contrario a las obligaciones internacionales contraídas por Georgia respecto al derecho a la libertad de expresión y de asociación, y golpea de lleno a la capacidad de la sociedad civil para actuar de manera libre y efectiva. La sociedad civil independiente de Georgia no sólo contribuye a la protección de los derechos humanos y la prestación de servicios esenciales, sino que también proporciona importantes controles y contrapesos a las crecientes restricciones impuestas a los derechos humanos y el espacio cívico en el país.”
“Instamos a las autoridades georgianas a cesar en sus esfuerzos de sofocar la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación. Esta legislación no tiene cabida en una sociedad que respete los derechos humanos Hoy es un día sombrío para Georgia, pero la lucha no ha terminado.”
Información complementaria
El 14 de mayo, el Parlamento de Georgia adoptó, en su tercera y última lectura, el proyecto de ley sobre “influencia extranjera”. Ahora, el proyecto está a la espera de la firma presidencial para convertirse en ley. Una vez que entre en vigor, obligará a todas las organizaciones de la sociedad civil que cuenten con un presupuesto del que más de un 20% proceda de fuentes extranjeras a inscribirse como “transmisoras de los intereses de una potencia extranjera”. Se espera que, a consecuencia de esta disposición, muchas organizaciones destacadas de la sociedad civil cesen en su trabajo para evitar la difamación, la estigmatización y restricciones indebidas de su derecho a la libertad de asociación.
Al igual que en días anteriores, un grupo de activistas se congregó ante la entrada al Parlamento en la capital, Tiflis. Según los informes, las fuerzas policiales se enfrentaron con las personas que se manifestaban para oponerse al proyecto de ley. Se desplegaron cañones de agua y unidades especiales de la policía, y se bloqueó el tráfico a lo largo de la avenida Rustaveli, la vía principal de la capital.