En respuesta a los ataques violentos cometidos la pasada noche por desconocidos contra destacados detractores del gobierno que asistían a las protestas de Tiflis, Georgia, contra el controvertido proyecto de ley sobre “la influencia extranjera”, Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha manifestado:
“Las represalias en Georgia contra quienes se oponen al proyecto de ley sobre la “influencia extranjera” han degenerado en una violencia alarmante. Primero, las autoridades enviaron a la policía a dispersar violentamente las protestas contra el proyecto de ley represivo. Ahora, unos matones vestidos de civil han agredido brutalmente a manifestantes antes y después de las concentraciones, incluso cerca de sus casas. También se intimida a los opositores del gobierno y sus familias, mediante amenazas telefónicas y carteles con calumnias e insultos. Nos preocupan las denuncias de que pueda haber funcionarios del gobierno detrás de estos actos, que parecen formar parte de una campaña bien organizada de intimidación contra las personas críticas con el gobierno.”
“Las autoridades de Georgia deben tomar medidas urgentes para detener estos ataques violentos. Los responsables de las violaciones de derechos humanos que se han perpetrado, incluidos quienes hayan ordenado a la policía el uso de fuerza ilegítima o el despliegue de matones violentos contra los manifestantes, deben rendir cuentas en juicios con las debidas garantías. Las autoridades deben garantizar el derecho a la protesta pacífica y detener todos los demás intentos de criminalizar la disidencia y de acallar a la sociedad civil independiente de Georgia.”
Información complementaria
En la tarde del 8 de mayo se registraron en Tiflis tres ataques violentos distintos contra Dimitri Chikovani, parlamentario del partido opositor UNM; Lasha Ghvinianidze, organizador de marchas de motoristas de apoyo a la oposición; y Gia Japaridze, exdiplomático y profesor universitario hermano de Zurab Japaridze, líder del partido de oposición Girchi.
A Dimitri Chikovani le dieron una brutal paliza cerca de su apartamento y fue hospitalizado. Lasha Ghvinianidze sufrió lesiones en la cabeza y los labios que requirieron cinco puntos. A Gia Japaridze lo atacaron cerca de su casa y le provocaron heridas leves en la cabeza. Los ataques se perpetraron tras una serie de llamadas telefónicas hostiles a activistas y figuras de la sociedad civil en el contexto de las protestas contra la legislación restrictiva sobre la “influencia extranjera” que se están produciendo en el país. La Asociación de Abogados Jóvenes de Georgia señaló que para realizar las llamadas posiblemente se había accedido ilegalmente a datos del Estado, lo que apuntaba a una posible acción coordinada con las autoridades.
El 9 de mayo, el jefe del departamento de policía de Tiflis amenazó a los manifestantes con iniciar acciones judiciales contra quienes dieran “discursos” que “contuvieran delitos”. La víspera, el partido gobernante había dado a conocer su plan de crear una base de datos que en la práctica introduciría en una lista negra a las personas manifestantes y críticas con el gobierno activas (a las que describió como aquellas “que cometiesen actos violentos, chantajes, amenazas y otros actos ilegales”).