En respuesta a la investigación publicada hoy sobre 51 grandes empresas que han mostrado que están haciendo poquísimo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de mantener el calentamiento global dentro del objetivo internacionalmente acordado de 1,5° C este siglo, Candy Ofime, investigadora sobre justicia climática de Amnistía Internacional, ha declarado:
“Las poblaciones más afectadas por el calentamiento global son las comunidades marginadas que viven en la primera línea de la crisis climática. Estas conclusiones muestran que quienes ya corren mayor peligro seguirán pagando el precio de una cultura de irresponsabilidad climática empresarial fomentada en juntas directivas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia.”
“En lugar de emprender las acciones urgentes que se necesitan para impedir que la crisis climática se agrave y se violen los derechos humanos de miles de millones de personas, muchas grandes empresas tratan de engañar a consumidores, accionistas y contribuyentes con lavado de imagen verde y promesas huecas.”
“Estas promesas incluyen invariablemente vagos planes para reducir marginalmente las emisiones, el uso de tecnologías no demostradas, o dudosos recuentos de carbono o programas de compensación. Mientras tanto, muchas empresas del sector de los combustibles fósiles siguen ampliando sus operaciones, y actuando como siempre.”
“Los gobiernos deben intervenir ya para adoptar normativas y políticas que obliguen a los grandes actores empresariales, muchos de los cuales son propiedad del Estado o están apoyados por él, a acelerar las reducciones reales de emisiones, y actuar con firmeza contra quienes no hagan nada para mitigar el calentamiento global.”
Información complementaria
El Monitor de Responsabilidad Climática Operativa (Corporate Climate Responsibility Monitor), un estudio anual elaborado por NewClimate Institute y Carbon Market Watch, examinó los compromisos climáticos para 2030 de 51 grandes empresas de los sectores de la automoción, la energía, la moda, la agricultura y la venta al por menor.
Los estudios han mostrado que el 80% de las emisiones de dióxido de carbono entre 2016-2022 corresponden a tan sólo 57 empresas del cemento o del sector de los combustibles fósiles. Shell recientemente recortó sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero y en la actualidad está apelando contra una sentencia de 2021 de un tribunal neerlandés que le ordena reducir sus emisiones absolutas de carbono, incluidas las procedentes de los productos del petróleo y el gas que vende, en un 45% para 2030. Amnistía Internacional pide una eliminación gradual completa, rápida, justa y financiada de los combustibles fósiles y una transición justa a las energías renovables.