“La comunidad internacional debe garantizar que dos importantes conferencias sobre la paz y la reconstrucción en Ucrania se centren firmemente en los derechos humanos, la justicia para las víctimas de violaciones y la voz de los grupos de la sociedad civil”, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Se espera que asistan gobiernos de todos los continentes a la Conferencia para la Recuperación de Ucrania, organizada por Alemania, los días 11 y 12 de junio, y a la Cumbre para la Paz que se celebrará los días 15 y 16 de junio en Suiza.
“A través de esfuerzos conjuntos, el mundo está comenzando a preparar una hoja de ruta hacia la justicia, la paz duradera y la reconstrucción de Ucrania. Es vital situar los derechos humanos en el centro de este esfuerzo”, ha manifestado Veronika Velch, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Ucrania.
“Las personas que, en Ucrania y otros países, han sufrido violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario causadas por el decenio de ocupación y agresión de Rusia deben ser escuchadas, y sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación deben ser fundamentales en todos los debates y medidas que se adopten. Si no se garantiza esto, no se puede lograr una paz duradera y justa, y podrían seguir cometiéndose nuevas violaciones”.
Amnistía Internacional pide la participación efectiva y significativa de las víctimas, los grupos en situación de riesgo y las organizaciones expertas de la sociedad civil en todos los debates internacionales sobre el futuro de Ucrania.
“El coste para los derechos humanos de la guerra de agresión contra Ucrania es inmenso. Hay muchas cuestiones de derechos humanos que deben resolverse, como el traslado forzoso de civiles —incluidos niños y niñas— a Rusia, la detención arbitraria e ilegal de personas civiles ucranianas y la rendición de cuentas por crímenes de guerra. Es crucial que se escuchen las voces de las víctimas y de la sociedad civil”, prosiguió diciendo Veronika Velch.
Amnistía Internacional considera que las dos reuniones deben abordar con urgencia:
El restablecimiento de la infraestructura energética de Ucrania: Rusia ha lanzado extensos ataques contra infraestructura civil crítica de Ucrania dirigidos a instalaciones energéticas que ha destruido, privando a la población civil de calefacción, electricidad, agua y vivienda. Atacar deliberadamente infraestructuras civiles, como centrales eléctricas y redes de suministro de electricidad, causando daños abrumadores a la población civil es una violación del derecho internacional humanitario. Las medidas para hacer frente a los daños de la infraestructura energética afectada, incluido su restablecimiento, requieren una inversión significativa y deben comenzar lo antes posible. Las organizaciones benéficas y los grupos de derechos humanos ucranianos, así como los ecologistas, deben formar parte de los esfuerzos para garantizar que la reconstrucción de la infraestructura ucraniana sirva a los derechos humanos de todas las personas del país.
Garantizar la seguridad alimentaria mundial: La contribución de Ucrania al mercado mundial de alimentos en 2021 fue equivalente a alimentar a 400 millones de personas. Las consecuencias de la guerra han creado graves amenazas a la seguridad alimentaria mundial, lo que afecta principalmente a algunas de las comunidades más pobres del planeta en Oriente Medio y el norte de África, a las que pone en riesgo de sufrir inseguridad alimentaria. Es vital que las exportaciones de grano de Ucrania puedan llegar a estas comunidades.
El retorno de los niños y niñas, y de todas las personas civiles desplazadas forzosamente o deportadas a Rusia: Las organizaciones de la sociedad civil ucraniana y las organizaciones internacionales han recopilado minuciosamente información vital sobre estos niños y niñas, su paradero y sus familiares en Ucrania. Es imperativo que estos niños y niñas, y civiles sean devueltos a Ucrania.
La liberación inmediata de todas las personas civiles ucranianas detenidas y presas que estén recluidas de forma arbitraria o ilegal: Las autoridades rusas deben poner en libertad inmediata a todas las personas civiles ucranianas sometidas a detención arbitraria, así como a todas las personas rusas detenidas y presas que estén recluidas de forma arbitraria por oponerse a la guerra. Además, deben retirarse todos los cargos en su contra.
El respeto de los derechos de los prisioneros de guerra garantizados por el derecho internacional humanitario y el derecho de los derechos humanos, la repatriación de los prisioneros de guerra y la investigación de todos los abusos cometidos contra ellos. Los Estados y las ONG pertinentes deben proporcionar a todos los prisioneros de guerra, incluidos los que están enfermos y heridos, servicios de rehabilitación tras su repatriación. Deben investigarse efectivamente los crímenes y violaciones de los derechos de los prisioneros de guerra previstos en el derecho internacional que puedan haberse cometido contra ellos durante su reclusión y los responsables deben comparecer ante la justicia.
Garantizar la justicia y la rendición de cuentas por todos los crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y otros crímenes de derecho internacional y violaciones graves de derechos humanos: No puede haber justicia sin una rendición de cuentas completa por todos los crímenes de derecho internacional y otras violaciones graves de derechos humanos cometidos desde la intervención militar de Rusia en 2014. Esto incluye, por ejemplo, la represión de la población no rusa y el cambio demográfico forzado en Crimea. Las organizaciones de la sociedad civil de Ucrania, incluidas las que trabajan actualmente con gran riesgo en zonas ocupadas, han documentado, presenciado directamente y, a menudo, sufrido estas violaciones.
El desminado humanitario y la retirada de artefactos explosivos sin detonar: Ésta será una tarea titánica que exigirá el trabajo coordinado de gobiernos, organizaciones independientes y voluntariado.
“Garantizar la justicia exige una voluntad política y unos recursos sustanciales tanto en el plano nacional como en el internacional. Un esfuerzo concertado y decidido de la comunidad internacional requiere, sin duda, muchos recursos. Sin embargo, los derechos humanos, incluidos los derechos a la verdad, la justicia y la reparación, deben ser la base de cualquier paz en Ucrania y ésta debe ser la fuerza motriz de la comunidad internacional”, ha concluido Veronika Velch.
Información complementaria
En febrero de 2014, Rusia envió sus tropas para que ocuparan la Crimea ucraniana. Ese mismo año, sus fuerzas armadas también entraron en el este de Ucrania. El 24 de febrero de 2022, Vladimir Putin anunció una “operación militar especial” para “desmilitarizar y desnazificar” Ucrania, y Rusia lanzó una invasión a gran escala.
Los efectos negativos de la guerra de agresión rusa contra Ucrania son enormes y duraderos. La lista de crímenes de derecho internacional que sufre la población en Ucrania incluye, entre otros, crímenes de guerra dirigidos contra personas (ejecuciones extrajudiciales, tortura, violencia sexual) y comunidades (destrucción deliberada de infraestructura civil: energía, agua, hospitales, zonas residenciales); numerosos asesinatos de civiles en Bucha, Izium y otras ciudades; y traslados forzosos y deportaciones de civiles, incluidas deportaciones de niños y niñas fuera de Ucrania.
Las fuerzas rusas han violado múltiples normas de los Convenios de Ginebra: desde la obligación de proteger a la población civil hasta el respeto de los derechos de los prisioneros, la movilización forzada de ciudadanos ucranianos para que participen en operaciones militares contra su Estado, la destrucción del patrimonio cultural y los ataques contra la infraestructura de la exportación de cereales.