En respuesta a los avisos de que el humo de los más de 400 incendios forestales que asolan Canadá constituye un riesgo para la salud de decenas de millones de personas en Norteamérica, Marta Schaaf, directora del Programa de Justicia Climática, Económica y Social y Rendición de Cuentas de las Empresas, de Amnistía Internacional, ha declarado:
“El humo de cientos de incendios en Canadá, muchos de ellos fuera de control, ha envuelto algunas de las ciudades más grandes de Norteamérica, incluidas Montreal, Toronto y Nueva York, en una niebla tóxica que es peligrosa para la salud. Estos incendios tendrán un impacto inconmensurable en la calidad de vida y el derecho a la salud de las personas que se vean obligadas a respirar este aire contaminado. Los niños y niñas, las personas embarazadas, las personas de edad avanzada y las personas con enfermedades cardiacas o pulmonares son especialmente vulnerables a las pequeñas partículas generadas por estos incendios, unas partículas que pueden ser arrastradas a enormes distancias. Además, los incendios están teniendo un notable impacto en los pueblos indígenas, y ya han obligado a evacuar las comunidades de Fort Chipewyan, en Alberta, y Uashat mak Mani-utenam, en Quebec”.
“El cambio climático está agravando la magnitud de los incendios forestales en todo el mundo, pues el aumento de las temperaturas da lugar a temporadas de incendios más largas y más destructivas. Según Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la UE, este año ya se han producido incendios forestales inusualmente graves en Rusia, España, Kazajistán, Mongolia y Centroamérica. Los incendios forestales en gran escala agravan el cambio climático al quemar bosques que han almacenado grandes cantidades de carbono.”
“Existe una clara desconexión entre el daño al que se enfrenta la población y los intentos de prolongar y ampliar la producción de combustibles fósiles que son la causa principal de la crisis climática. El agravamiento de estos incendios es una indicación obvia de un mundo cada vez más caliente. Las emisiones de gases de efecto invernadero ya han incrementado las temperaturas mundiales 1,2 ºC, en comparación con los niveles preindustriales.”
“A menos que cambiemos urgentemente de rumbo, y reduzcamos rápidamente el uso de combustibles fósiles, el mundo se calentará cada vez más y las consecuencias como estos incendios se agravarán. No debemos dejarnos engañar por las promesas del lobby de los combustibles fósiles que afirman que la captura y almacenamiento de carbono, no demostrada en gran escala, es una respuesta a esta creciente crisis global.”