Para impedir que la agitación social se reavive en la ciudad y para reconstruir la confianza pública, es fundamental llevar a cabo una investigación independiente sobre la violencia policial durante las protestas de Hong Kong. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en un nuevo documento informativo hecho público hoy.
“Missing truth, missing justice” examina los insalvables defectos de los mecanismos de rendición de cuentas de la policía hongkonesa. El documento expone la necesidad de establecer una comisión independiente que investigue las violaciones de derechos humanos generalizadas que se cometieron durante las protestas multitudinarias que estallaron el año pasado.
“Con cada día que pasa en el que el gobierno de Hong Kong se resiste tozudamente a establecer una investigación independiente, aumenta el vacío en materia de rendición de cuentas y se erosiona más la confianza pública”, manifestó Nicholas Bequelin, director regional de Amnistía Internacional.
“El actual sistema existente en Hong Kong para presentar quejas contra la policía no es adecuado para su finalidad. A ninguna institución se le debe encomendar que se investigue a sí misma; la policía debe rendir cuentas ante la población.”
“Es fundamental que el gobierno permita urgentemente un órgano imparcial que determine todos los hechos sobre las protestas y formule recomendaciones para abordarlos.”
La petición de una investigación independiente sobre el uso de la fuerza por parte de la policía sigue siendo una de las principales demandas de la población de Hong Kong, y Naciones Unidas se hizó eco de ella. El pasado octubre, la alta comisionado de la ONU para los derechos humanos pidió una “investigación efectiva, inmediata, independiente e imparcial”.
El gobierno de Hong Kong, no obstante, siguió resistiéndose a establecer un mecanismo independiente de investigación, como una comisión de investigación. En lugar de eso, alega que el Consejo Independiente de Denuncias contra la Policía existente es adecuado para abordar las denuncias de violencia policial y otra conducta indebida de la policía.
“Las protestas multitudinarias que agitaron Hong Kong en la segunda mitad de 2019 no han terminado. Las autoridades pueden estar contando con que la epidemia de coronavirus apague la agitación pero, a menos que emprendan acciones, las manifestaciones —y los abusos vinculados a ellas— probablemente regresarán”, manifestó Nicholas Bequelin.
“El uso de fuerza innecesaria y excesiva por parte de la policía con una impunidad de hecho casuó una enorme frustración a la población hongkonesa. Es fundamental una investigación independiente para determinar la rendición de cuentas e impartir justicia por la brutalidad presenciada en las calles desde el pasado verano. El pueblo de Hong Kong se merece la verdad.”
En julio de 2019, el Consejo Independiente de Denuncias contra la Policía decidió llevar a cabo un estudio de investigación sobre varios sucesos de orden público relacionados con las protestas, e invitó a participar a un grupo de expertos.
El grupo renunció en diciembre de 2019, alegando que el Consejo Independiente de Denuncias contra la Policía carecía de los poderes y capacidades de investigación necesarios para “empezar a cumplir los estándares que la ciudadanía de Hong Kong probablemente exigiría a un órgano de vigilancia de la policía que actúe en una sociedad que valora las libertades y los derechos”.
“La confianza pública en gobierno y la policía se desplomó, y una comisión de investigación es un primer paso esencial para curar las profundas heridas causadas por las protestas. El establecimiento de una comisión independiente encargada de investigar las violaciones de derechos humanos cometidas desde las protestas en junio de 2019 sería un reconocimiento por parte del gobierno de que algo ha salido mal y que se requieren una atención y una rectificación urgentes”, ha manifestado Nicholas Bequelin.
“Una comisión de investigación dotada de recursos adecuados y poderes de investigación puede abordar las causas fundamentales de las violaciones de derechos humanos a una escala mayor. Eso significa que, de forma crucial, sus recomendaciones pueden impedir que se repita la misma situación y pueden romper el círculo de violencia, incluida la empleada por algunos manifestantes.”
Durante las protestas, Amnistía Internacional documentó un alarmante patrón de tácticas imprudentes e indiscriminadas por parte de la policía hongkonesa cuando adoptó un enfoque de tolerancia cero en el control de las reuniones.
Entre las violaciones de derechos humanos generalizadas se encontraba el uso excesivo e innecesario de la fuerza, por ejemplo el peligroso uso de balas de goma y ráfagas de perdigones; también se encontraban los golpes a manifestantes que no oponían resistencia, el uso indebido de pulverizadores de pimienta y gas lacrimógeno, y la utilización de cañones de agua.
Amnistía Internacional recopiló varios relatos de manifestantes detenidos que sufrieron brutales palizas bajo custodia y fueron sometidos a malos tratos, que en algunos casos constituían tortura.
Hay sólidos indicios que sugieren que la policía no sólo no redujo la tensión, sino que la aumentó mediante el uso de fuerza innecesaria y excesiva y mediante la persistente impunidad por esa conducta.
Patterns of repression: Timeline of the 2019 Hong Kong protests