“Al negarse a reconocer las consecuencias de los graves defectos del proyecto de ley de extradición, Carrie Lam está empeorando la situación en Hong Kong. Hace tiempo que debería haber expresado su compromiso inequívoco con la retirada definitiva de este proyecto de ley, que representa una amenaza muy real para los derechos humanos.

El uso excesivo de la fuerza por la policía el 12 de junio fue una violación de las leyes y normas internacionales. Para que todas las partes implicadas reciban un trato imparcial debe realizarse sin demora una investigación independiente, imparcial y efectiva sobre la actuación de la policía el 12 de junio. Cualquier otra cosa —incluida una investigación de la Comisión Independiente para las Denuncias contra la Policía (IPCC), que incumple los requisitos necesarios— no ayudará a establecer verdad y rendición de cuentas ni a recuperar la confianza de la opinión pública. Los funcionarios de policía responsables, incluidos los oficiales superiores que estaban al mando el 12 de junio, deben comparecer ante la justicia.”