Ante el anuncio hoy de la proclamación de Ebrahim Raisi como próximo presidente de Irán, Angès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha declarado:
“
El hecho de que Ebrahim Raisi haya llegado a la presidencia en lugar de ser investigado por los crímenes de lesa humanidad de asesinato, desaparición forzada y tortura es un sombrío recordatorio de la impunidad suprema que reina en Irán. En 2018, nuestra organización documentó que Ebrahim Raisi había sido miembro de la ‘comisión de la muerte’ que sometió a desaparición forzada y ejecución extrajudicial secreta a miles de disidentes políticos en las prisiones de Evin y Gohardasht, cerca de Teherán, en 1988. Hasta la fecha, las autoridades iraníes vienen ocultando sistemáticamente las circunstancias que rodean la suerte de las víctimas y el paradero de sus cuerpos,
lo que hace que constituyan crímenes de lesa humanidad continuados.
“Como presidente del poder judicial iraní, Ebrahim Raisi ha presidido una represión creciente de los derechos humanos en la que se ha detenido arbitrariamente a centenares de disidentes pacíficos, defensores y defensoras de los derechos humanos y miembros de grupos minoritarios perseguidos”. Bajo su mandato, el poder judicial ha dado también impunidad total a autoridades del gobierno y fuerzas de seguridad responsables del
homicidio ilegítimo de centenares de hombres, mujeres, niños y niñas y de someter a cientos de manifestantes a
detenciones masivas y como mínimo a cientos de ellos a desaparición forzada, y a tortura y otros malos tratos durante las protestas en todo el país de noviembre de 2019 y después de ellas.
“La llegada de Ebrahim Raisi a la presidencia se produce después de un proceso electoral que tuvo lugar en un entorno enormemente represivo y que excluyó de la posibilidad de concurrir a él a las mujeres, los miembros de minorías religiosas y las personas candidatas de la oposición.
“Seguimos pidiendo que Ebrahim Raisi sea investigado por su implicación en crímenes de derecho internacional pasados y presentes, lo que incluye la posibilidad de que lo hagan otros Estados en el ejercicio de la jurisdicción universal.
“Ahora es más urgente que nunca que los Estados miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tomen medidas concretas para abordar la crisis de impunidad sistemática en Irán incluso con el establecimiento de un mecanismo imparcial que recabe y analice datos de los crímenes más graves de derecho internacional cometidos en este país a fin de facilitar unas actuaciones penales justas e independientes”.